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El Chile que se configura: ¿Cómo hemos cambiado desde el estallido social?


Hemos experimentado muchos cambios desde octubre de 2019: el estallido social, la convención constitucional, un nuevo Gobierno, y ahora, el “plebiscito de salida” que aprobará o rechazará la nueva Constitución en septiembre próximo. ¿Cuáles han sido sus efectos más allá de la política? ¿Cómo ha cambiado la forma en cómo nos vemos? ¿Qué queremos como sociedad? Aquí, algunas luces.

imagen correspondiente a la noticia: "El Chile que se configura: ¿Cómo hemos cambiado desde el estallido social?"

photo_camera Más colaboración y comunidad, más diversos y heterogéneos, pero también "nuevas agendas" y un clima de insatisfacción, son algunos de los rasgos que se observan en la sociedad chilena en este periodo de cambios. (Crédito fotográfico: Shutterstock)

Diálogo y diversidad de voces

“Me parece que del estallido salimos con más “comunidad”, con menos individualismo y más colaboración. Creo que eso lo mostró la gran articulación de demandas híper diversas, pero que tenían como foco el rol social de la política, del Estado y las elites”, afirma la profesora del Instituto de Ciencia Política Julieta Suárez-Cao.

La iniciativa “Tenemos que Hablar de Chile”, impulsada por las universidades Católica y de Chile, canalizó precisamente esa necesidad de encuentro, con la participación de más de 8 mil personas en diálogos ciudadanos. “Hay incertidumbre, pero hay grandes esperanzas de que este proceso constituyente y que el futuro, nos deparen beneficios para todos los chilenos y chilenas”, ha afirmado el rector Ignacio Sánchez a propósito de este proyecto, el que ha abierto una nueva etapa de participación, "Tenemos que hablar de la nueva Constitución"

La mayor apertura al diálogo y los cambios a nivel político, dieron voz a aquellos grupos que antes se encontraban invisibilizados: pueblos indígenas, minorías sexuales y migrantes, entre otros. “Debemos entender que somos más heterogéneos de lo que pensábamos”, dice Roberto González, profesor de la Escuela de Psicología e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, COES.

Una de las fuerzas que ha irrumpido es el feminismo. “Creo que ha sido clave para entender cómo muchas de estas reivindicaciones de igualdad sustantiva de género son de sentido común, como la paridad. Ha cambiado culturalmente la percepción que tiene la sociedad sobre este tipo de demandas. Se ha fortalecido y ha logrado permear casi todas las áreas del poder, las instituciones, la Justicia, las políticas públicas, con un discurso tendiente a mejorar las condiciones de vida para todos, todas y todes”, dice la profesora Julieta Suárez-Cao.

Pero como advierte Ignacio Irarrázaval, director del Centro UC de Políticas Públicas: “Las corrientes identitarias están teniendo cada día mas fuerza, hay toda una literatura al respecto -Francis Fukuyama, Carlos Peña y otros-, grupos que promueven sus intereses o preocupaciones sin valorar las preocupaciones de la sociedad como un todo. Estos grupos reclaman mayor autodeterminación y libertad política, para ganar presencia y poder”.

“Chile progresivamente ha aumentado la valoración de la diversidad, como la diversidad sexual, la migración y el reconocimiento de los pueblos originarios”, afirma el profesor González. Y de ahí que también se posicionen nuevas “agendas” en la discusión pública. Pero el académico advierte: “Sin embargo, y ese ha sido justamente el gran desafío de la Convención Constitucional, cómo se ponderan los cambios de manera que no se transformen en una amenaza. ¿Dónde vamos a priorizar?”.

Expectativas y rol del Estado

el mayor desafío que tenemos como país es la cohesión social: reconstruir las confianzas resulta clave”.
"El mayor desafío que tenemos como país es la cohesión social: reconstruir las confianzas resulta clave”, afirma el profesor de la Escuela de Psicología e investigador de COES, Roberto González. (Crédito fotográfico: iStock Photo)

El nuevo gobierno de Gabriel Boric, independiente del signo político, marcó un quiebre. “Hay un cambio generacional en la gestión política. La mayoría de los líderes actuales vienen principalmente de las movilizaciones estudiantiles de 2011. Rara vez los jóvenes tienen la fuerza para llegar al poder”, afirma el profesor Roberto González. “Lo anterior resetea las expectativas de la gente. El problema es que cuando creas muchas expectativas, si no cumples, generas frustración”, agrega.

Esto se suma a un estado de insatisfacción anterior. Como expresa Ignacio Irarrázaval: “A partir de los casi 2 mil diálogos digitales que se desarrollaron con "Tenemos que hablar de Chile" a lo largo de todo el país, se constata un creciente sentimiento de incertidumbre que viene de un malestar pre existente, "las cosas no se hacen como se deben". Las personas quieren llegar a fin de mes con tranquilidad, saber que van a ser atendidos con respeto, etc. Estos elementos han consolidado un clima de insatisfacción que se espera ir superando con los procesos institucionales que se están desarrollando”.

De acuerdo a la Encuesta Bicentenario 2021, para el 86% de los consultados lo más urgente es conseguir condiciones de vida digna, mientras que un 42% considera que el Estado debería preocuparse y hacerse responsable del bienestar de los individuos.

“Cuando vemos encuestas representativas nacionales, como la del CEP, pareciera que las personas siguen favoreciendo la iniciativa personal. Pero es interesante que las demandas de pensiones, salud universal, educación gratuita de calidad y pública, implican un rol más importante del Estado. Entonces, ahí hay una especie de contradicción”, expresa la profesora Suárez-Cao.

A esto se suma la desconfianza. Como muestra el Estudio Longitudinal Social de Chile, ante la afirmación "casi siempre se puede confiar en las personas", apenas un 7,9% aseveró positivamente en 2021 (un 11,4% lo hizo en 2019); mientras que la confianza en el Congreso y en los partidos políticos no llega al 5%.

Como concluye González: "Hemos vivido un proceso de cambio muy turbulento, sumado a un debilitamiento de nuestro sistema institucional. De ahí que el mayor desafío que tenemos como país es la cohesión social: reconstruir las confianzas resulta clave”.


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