El día en que el cardenal Joseph Ratzinger visitó la UC
El prelado, que se convertiría en el Papa Benedicto XVI, visitó la universidad el 12 de julio de 1988, en el marco de un viaje de ocho días por el país como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Su paso por Casa Central coincidió con el centenario del plantel, donde dictó una charla magistral. Esta es la efeméride de ese día.
photo_camera Quien fuera prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe dio una charla magistral en el Aula Magna, abierta a todo público, y titulada: “Una mirada teológica sobre la procreación humana". Créditos: Ricardo González.
El rector Juan de Dios Vial Correa recordó una escena particular ocurrida en su departamento de Santiago centro, con motivo de la visita del cardenal Joseph Ratzinger en 1988:
“Desde el ascensor entró conversando y de repente se quedó inmóvil, como transido ante este cuadro que tengo (el de una mujer de Guayasamín). Eso fue como lo más bonito de su visita. No identificó al autor, pero se quedó mirando el óleo, vio en él algo distinto del resto de las cosas. Él tenía eso. Era un hombre fino que veía cosas inesperadas. No hablamos en alemán, por lo que recuerdo, pero sí recurrimos al francés, que era la lengua franca en ese tiempo. Me gustaba mucho su pensamiento, la manera de exponer los problemas. Quedé deslumbrado”.
Ocho días estuvo el cardenal Joseph Ratzinger en Chile: entre el 7 y el 14 de julio de 1988. Su visita coincidía con los 100 años de la Universidad Católica, institución que pisó el martes 12 de julio para reunirse en Casa Central con el Honorable Consejo Superior y dar una charla abierta a todo público en el Aula Magna, titulada: “Una mirada teológica sobre la procreación humana". Ese día, el prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe también se reunió con estudiantes y académicos, contestó preguntas respecto a la doctrina social de la Iglesia, el concepto de pecado social y la dignidad del hombre en el Auditorio Manuel José Irarrázaval.
En una de esas charlas estuvo el periodista y futuro director de la Revista Humanitas, Jaime Antúnez. Ratzinger y el intelectual ya se conocían. Se encontraron dos veces en Roma, la primera en 1987 y la segunda un mes antes del arribo del prelado a Chile. El periodista lo entrevistó en ambas ocasiones para el diario El Mercurio, de cuyo semanario Artes y Letras era editor.
"Recuerdo que el auditorio estaba repleto. El futuro papa ya era celebérrimo en todo el mundo, por eso hubo mucha turbamulta también en Chile", dice Antúnez desde Roma, ciudad a la que viajó para participar del funeral de Benedicto XVI. "Por espacio de una semana, los chilenos pudieron gozar, en ese mes de julio, del magisterio de una de las inteligencias más poderosas y preclaras de nuestro tiempo".
Honestidad radical
Tras dejar la Casa Central, el futuro papa, fallecido el pasado 31 de diciembre, llegaría hasta el departamento del rector Vial Correa, donde compartió la mesa con él, su esposa, y un grupo de académicos de la universidad.
El rector ya lo conocía, pero solo a través de sus textos. En ellos se topó con una mente clara, capaz de ver todos los aspectos de un problema. “Sus conferencias, sus intervenciones en foros y cosas así, tenían esa característica que había en él: como de una honestidad radical”, sostuvo el rector en su última entrevista a Visión UC, en 2018.
La conversación entre Ratzinger y Vial Correa tuvo relación con la conferencia de ese día sobre la mirada teológica en la procreación humana, donde el cardenal habló de biología y del escritor alemán Wolfgang von Goethe, dos de las pasiones del rector de la UC. “El contacto con monseñor era un contacto como fácil, hondo, que estaba más allá de las cosas en que uno creía que pensaba este hombre tan importante que estaba recibiendo aquí en ese momento. Había una transparencia especial en su actitud ante la vida”, dijo la autoridad universitaria.
Trece días después de su visita a la UC, el rector le envió al Vaticano una carta de agradecimiento por su enorme contribución pastoral.
"Su presencia en una sesión de nuestro Consejo Superior significó para nosotros un honor inolvidable. Me gustaría que supiera que, tanto el coloquio con los profesores, como la conferencia dictada por S.E. en el Aula Magna, causaron la más profunda impresión, y me han sido comentadas por muchas personas en tales términos, que hacen esperar el más fecundo resultado pastoral de esa jornada".
