Estudiantes de Odontología atienden a cerca de 100 niños en jardines infantiles
60 estudiantes atendieron a niños y niñas pertenecientes a los jardines infantiles de los campus Casa Central, San Joaquín y Oriente de la UC, a quienes les realizaron exámenes de salud bucal simple y aplicación de flúor de forma gratuita.
En una colorida sala, un grupo de niños y niñas saltan y cantan junto a sus educadoras, mientras, estudiantes de Odontología UC se preparan silenciosamente para realizar la atención dental. Ambos grupos vivirán una experiencia inédita: “Esto es todo un desafío, porque muchos de los niños tendrán su primer acercamiento al odontólogo. Además, para nuestros alumnos, por su avance curricular, será la primera atención directa de pacientes”, reconoce la académica de Odontología UC, doctora Claudia Véliz.
Los estudiantes, docentes y educadoras de párvulo saben que no será fácil. “Se requiere tener muy buen manejo para evitar el miedo”, comenta la académica de Odontología UC, doctora Cynthia Cantarutti, quien es encargada del curso de tercer año Salud Pública, junto a los doctores, Patricio Palavecino, Javiera Peña y Claudia Véliz.
“Me tocó aplicar flúor a cuatro niños. Se portaron increíble, estaban muy contentos, y me hizo acercarme a lo que será mi rubro laboral en un par de años” - Javiera Salvo, estudiante de Odontología
Sin embargo, fue más fácil de lo que esperaban. “Fue una experiencia preciosa”, dice emocionada la estudiante Javiera Salvo. “Me tocó aplicar flúor a cuatro niños. Se portaron increíble, estaban muy contentos, y me hizo acercarme a lo que será mi rubro laboral en un par de años”, agrega.
Lo asignatura de 60 estudiantes se dividió para atender a cerca de 100 niños y niñas pertenecientes a los jardines infantiles de los campus Casa Central, San Joaquín y Oriente de la UC, a quienes les realizaron exámenes de salud bucal simple y aplicación de flúor de forma gratuita.
Los establecimientos reciben a hijos e hijas de funcionarios y académicos de la universidad, por lo que “con esto aportamos, en primer lugar, al fortalecimiento de la salud bucodental de nuestra comunidad UC”, comenta el doctor Patricio Palavecino. “Además, con esto apoyamos a padres y madres que muchas veces no tienen el tiempo para llevar a sus pequeños a un especialista”, agrega.
Según cuentan los estudiantes, una de las dificultades fue “no tener algunas técnicas incorporadas para casos en los que los niños eran más tímidos o estaban un poquito más cohibidos”, dice Javiera Salvo. “Los profesores se encargaron de enseñarnos en ese minuto. Buscamos métodos como ´hablar en su idioma´, para que no les de miedo, para que se sientan cómodos”, agrega.
“Hay niños que lo aceptan de inmediato, se sientan, se ríen, participan y quieren, pero hay otros más tímidos, que les cuesta más. Ahí las educadoras nos ayudan mucho conversando con ellos y entregando confianza”, dice la doctora Claudia Véliz.
Durante cada viernes de junio, 20 estudiantes llegaron hasta uno de los jardines. Mientras se realizaba la intervención, los otros 40 “avanzaban en cápsulas de autoinstrucción con contenidos del curso y trabajos grupales” en línea, afirma la doctora Canturutti. “Nunca había tenido ningún tipo de interacción con pacientes reales, y mucho menos con niños, por lo que participar fue muy enriquecedor para mi aprendizaje”, relata la futura odontóloga, Javiera Ronco.
Un singular acercamiento
Antes de la visita de los estudiantes de Odontología UC, la doctora Cynthia Cantarutti visitó cada jardín infantil. Al conversar con los niños, les mostró un “tierno peluche de dinosaurio que está diseñado específicamente para estas actividades”, dice.
El pequeño dinosaurio –que replica el tamaño y forma de los dientes infantiles en su boca–, fue observado por los niños, quienes analizaron los detalles través de un espejo dental; utilizaron una tórtula de algodón para el secado de saliva, conocieron el flúor, además de algunos implementos de protección como el traje clínico, mascarilla, guantes y gorro. “Aquí los niños experimentan que el dentista es amistoso, que puede ser entretenido y que pueden cuidar sus dientes”, dice la docente Cynthia Cantarutti.
Para la académica del curso, Claudia Véliz, estas intervenciones derriban barreras porque “acá están con sus pares, en su espacio cotidiano, entre juguetes, amigos y tías, quienes son personas conocidas por ellos. Entonces hace que el comportamiento y disposición de los niños sea mucho mejor, haciendo que haya exámenes más exitosos. Es muy probable que si este grupo de niños son llevados al box dental no se porten igual de bien que aquí”.
“Estaban esperando a sus amigos dentistas muy contentos y expectantes”, relata Maribel Durán, educadora de párvulo encargada del jardín infantil del Campus Oriente UC. “Los estudiantes y docentes de Odontología fueron muy amables, se dieron el tiempo con cada uno de los niños, los cuales tuvieron la posibilidad de explorar, conversar y posteriormente realizar el procedimiento en forma tranquila”, agrega.
“Acá (los niños) están con sus pares, en su espacio cotidiano, entre juguetes, amigos y tías, quienes son personas conocidas por ellos. Entonces hace que el comportamiento y disposición de los niños sea mucho mejor" - Claudia Véliz, académica de Odontología UC
Si bien en los tres jardines infantiles los niños lavan sus dientes después de cada comida, y las educadoras promueven el cuidado de la salud bucodental, Marcela Muñoz, directora del establecimiento de Casa Central UC, reconoce que “la educación en este tema no es mucha, que hay desconocimiento, y estas instancias hacen que los niños y sus padres tomen conciencia de que estos temas no se deben ver solo cuando estamos grandes y hay caries, sino que desde chiquititos”.
Iniciativas como estas son parte del compromiso público de la Escuela de Odontología UC, quienes buscan “dejar de pensar la odontología sólo a través del box dental, sino que como profesionales podamos salir a apoyar la comunidad para que se puedan prevenir enfermedades bucodentales”, dice la doctora Cantarutti.
“Siempre he considerado muy importante hacer este tipo de actividades que son fuera de la sala de clases”, dice emocionada la estudiante Javiera Salvo. “Así logramos aprender un montón, ponemos a prueba nuestros conocimientos y habilidades. Además, nuestra carrera requiere de contacto con pacientes y esto nos hace acercarnos a ellos y ser mejores profesionales”, agrega.