Columna: Eufemismos y eutanasia
El rector Ignacio Sánchez se refiere al proyecto de ley, aprobado en la Cámara de Diputados, “Muerte digna y cuidados paliativos”. En el caso actual de la eutanasia -apunta-, debe respetarse claramente en el texto del proyecto, tanto la libertad de conciencia personal como el ideario institucional para oponerse a realizar este acto que no es parte de la medicina. En este aspecto, volver a recordar los fines de la medicina es fundamental, ya que ésta se orienta a prevenir las enfermedades, promover la salud, asistir a los enfermos, aliviar el dolor y a cuidar a los incurables. “Desde sus inicios nunca la medicina se ha orientado a terminar con la vida del paciente, por lo que no debiera ser este el momento de cambiar sus objetivos en nuestro país”, sostiene en una columna en El Mercurio, cuyo texto completo reproducimos aquí.
“La reciente aprobación en general en la Cámara de Diputados del proyecto de ley “Muerte digna y cuidados paliativos” ha puesto en el debate diferentes aspectos del tema y sus repercusiones. Columnistas, académicos y lectores han expresado su opinión enriqueciendo el debate. Queda claro que existen posiciones que pueden dialogar, pero no acercarse a un consenso. Por una parte, estamos quienes pensamos que la vida es un bien superior, un derecho humano fundamental, indisponible, el cual se debe cuidar independiente de las características del paciente. Por supuesto entregando todas las condiciones para acompañar de manera integral a esa persona en el dolor, sufrimiento, físico, psicológico y espiritual. Por otra parte, hay posiciones que ponen el acento en la autonomía del paciente, dejando la decisión a la propia persona, quien, de manera informada, podría solicitar la eutanasia, -o muerte asistida-, a un médico en condiciones previamente determinadas y aceptadas en la ley.
Llama la atención en primer lugar, que el actual proyecto de ley no lleve en su título la palabra eutanasia. Esta se define como el acto de provocar de manera intencionada la muerte de una persona, a solicitud de ésta, y debido a una enfermedad terminal e incurable. Sin embargo, se utiliza el término “muerte digna” que no se define y es el concepto primero y principal del título del proyecto. Esta situación ya se presentó hace unos años en el “Proyecto de despenalización del aborto en tres causales”. Siempre indicamos que no era una despenalización lo que se legislaba, sino una legalización en esas causales a través de una obligación sanitaria de realizar el procedimiento. Y esa fue la razón por la cual solicitamos dejar en claro la objeción de conciencia personal y la libertad de ideario institucional, para que quedara establecido que los centros de atención de salud, -ambulatorios y hospitalarios-, que lo solicitaran no tuvieran la obligación de realizar este procedimiento.
"Llama la atención en primer lugar, que el actual proyecto de ley no lleve en su título la palabra eutanasia. Esta se define como el acto de provocar de manera intencionada la muerte de una persona, a solicitud de ésta, y debido a una enfermedad terminal e incurable. Sin embargo, se utiliza el término 'muerte digna´que no se define y es el concepto primero y principal del título del proyecto"- Ignacio Sánchez, rector
De la misma forma, en el caso actual de la eutanasia, debe respetarse claramente en el texto del proyecto, tanto la libertad de conciencia personal como el ideario institucional para oponerse a realizar este acto que no es parte de la medicina. En este aspecto, volver a recordar los fines de la medicina es fundamental, ya que ésta se orienta a prevenir las enfermedades, promover la salud, asistir a los enfermos, aliviar el dolor y a cuidar a los incurables. Desde sus inicios nunca la medicina se ha orientado a terminar con la vida del paciente, por lo que no debiera ser este el momento de cambiar sus objetivos en nuestro país.
Así, los pacientes y sus familiares deben conocer cuales son los principios que rigen el actuar médico de los profesionales que serán sus tratantes. Como se ha descrito en diversas opiniones en estas páginas, la libertad para tomar la decisión, la autonomía del paciente, la presión familiar y del entorno es un aspecto por analizar en detalle. Por otra parte, un aspecto fundamental es considerar el ideario institucional de los hospitales y clínicas a los cuales los pacientes y sus familiares acudirán a solicitar las prestaciones de salud. A fin de cuentas, será el acto médico el responsable final del término de la vida y un centro hospitalario destinado a cuidar la vida el lugar físico donde esto se produzca.
"Volver a recordar los fines de la medicina es fundamental, ya que ésta se orienta a prevenir las enfermedades, promover la salud, asistir a los enfermos, aliviar el dolor y a cuidar a los incurables. Desde sus inicios nunca la medicina se ha orientado a terminar con la vida del paciente, por lo que no debiera ser este el momento de cambiar sus objetivos en nuestro país"- Ignacio Sánchez, rector
El debate referente al cuidado de la vida y la eutanasia es muy relevante y acapara el interés de columnistas y lectores, lo que es una muy buena noticia. Ahora bien, es necesario llamar las cosas por su nombre -lo que el proyecto de ley no hace-, y es imprescindible evaluar su impacto en el desarrollo de la medicina de nuestro país. Una medicina que debe seguir estando orientada a cuidar la vida de las personas”.