Facultad de Letras cumple medio siglo de vida
El otrora Instituto de Letras, nacido durante la reforma universitaria, hoy cuenta con dos doctorados, cinco magísteres, un Centro de Estudios de Literatura Chilena (CELICH UC), y a partir de 2022, una nueva malla de pregrado.
Tres logros relevantes marcan la historia de los cincuenta años de la Facultad de Letras. En palabras de su decano, Patricio Lizama, estos son:
“El de su fundación en campus Oriente (en 1971), en que, a las pedagogías en castellano, inglés, francés y alemán, se suma en 1971 la nueva carrera de Traducción y la Revista Taller de Letras; más tarde, el del desarrollo, cuando, bajo el decanato de José Luis Samaniego, se obtuvieron varios proyectos MECESUP que permitieron ampliar la planta de profesores y profesoras e iniciar los doctorados en literatura y lingüística", sostuvo la autoridad durante la ceremonia híbrida -presencial y virtual- en el Salón de Honor de Casa Central el martes 31 de agosto.
"En esta misma época se expandió el programa Español UC, surgió el Programa de Lectura y Escritura Académicas y aparecieron las revistas Onomazein, Anales de Literatura Chilena y Esla, la publicación de literatura inglesa. Por último, el momento de la consolidación en que hemos podido afianzar nuestro trabajo no solo de pregrado, sino que también de investigación y posgrado”.
En la actualidad, la facultad cuenta con dos doctorados (Literatura y Lingüística), cinco magísteres, un Centro de Estudios de Literatura Chilena (CELICH UC), y a partir de 2022, una nueva malla de pregrado que, luego de un plan de común de dos años, ofrece la opción de continuar estudios disciplinarios, interdisciplinarios o vinculados con el mundo laboral. "Todo este trabajo ha hecho posible", sostuvo Patricio Lizama, "que la facultad aparezca en el lugar N°40 del ranking QS en Lenguas Modernas".
Hija de la reforma
En la ceremonia de aniversario, el rector Ignacio Sánchez manifestó su alegría de participar de esta celebración de manera presencial y se refirió a los inicios de la unidad:
“Su precursor, el Instituto de Letras, tuvo su origen en los departamentos de castellano, inglés, francés y alemán de la Escuela de Pedagogía de la entonces Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Fue una política académica propiciada por el recordado rector Fernando Castillo Velasco, que definió que había que llevar a cabo un cambio sustancial con estos departamentos, los que debían transformarse desde departamentos de profesionales a científicos, y dejaron de pertenecer a las pedagogías y pasaron a ser parte de la Vicerrectoría Académica, para dos años más tarde formar parte de Idiomas, cuyo coordinador fue el profesor Agustín Letelier”,
La creación del Instituto de Letras estuvo dentro del amplio movimiento de reformas universitarias que se había iniciado en la Universidad de París el año 1968. "En Santiago, por el mismo tiempo, los profesores de los departamentos de idiomas (...) habían comenzado un proceso de reestructuración que resultaba difícil de concretar, porque si bien querían la reforma, cada uno deseaba conservar su autonomía y el lugar físico independiente donde profesores y alumnos se comunicaran sólo en el idioma que estudiaban", recordó el profesor Agustín Letelier, primer director del otrora instituto.
La creación del Instituto de Letras estuvo dentro del amplio movimiento de reformas universitarias que se había iniciado en la Universidad de París el año 1968.
Letelier también recordó a algunos de los docentes que sustentaron el trabajo de lo que hoy es la Facultad de Letras: “Profesores que hoy debemos recordar son María Angélica Monárdez, creadora de la Carrera de Traducción; Bárbara Trosko, fundamental en el otorgamiento de grants o invitaciones a universidades norteamericanas; hermano Martín Panero, director del Departamento de Castellano; Jorge Ibarra, lingüista destacado que da nombre a la sala de Consejo del Instituto”, entre muchos otros. Además valoró el paso de profesores y alumnos “que han salido a difundir el valor de la lengua y la literatura”, como Adriana Valdés, Diamela Eltit, María Inés Zaldívar, Carola Oyarzún y Antonio Ostornol.
En la última parte de la ceremonia, Victoria Cirlot, académica de la Universidad Pompeu Frabra, impartió la conferencia magistral “El reto de las humanidades”, en la que afirmó que “la humanidad del hombre no es un asunto dado, sino adquirido. En esa adquisición entra en juego el estudio de las letras, de los vestigios que nos han quedado de todos aquellos homini que llegaron a ser humani”.
En un mundo donde las humanidades digitales son la entrada a la nueva era, para Cirlot el reto “hoy más que nunca, ante este cambio tan intenso y profundo en el soporte de comunicación, es necesario el recuerdo de ese homo humanus y la preservación a ultranza del modelo propio de las ciencias del espíritu”.
Descarga el discurso completo del profesor Agustín Letelier, aquí.