Freddy y sus 43 años en la UC: “Solo agradecerle a Dios, a mi familia y a la universidad todo lo que tengo y soy”
Es uno de los funcionarios íconos de Casa Central UC. Amable y siempre dispuesto a ayudar, Freddy Rivera, cumplió 43 años en su labor como asistente administrativo. Próximo a jubilarse, comparte sus vivencias en el trabajo que realizó en los periodos de rectoría de Juan de Dios Vial Correa, Pedro Pablo Rosso e Ignacio Sánchez.
Se conoce los pasillos de Casa Central UC como la palma de su mano. Freddy Rivera, asistente administrativo de Rectoría UC, vino de Contulmo, del sector del Lago Lanalhue, a Santiago donde tras varios trabajos llegó a la Universidad Católica en 1974, como reemplazo en el entonces casino de funcionarios de Casa Central. Tras ser bodeguero y estar en el casino de Ingeniería UC, en Campus San Joaquín, volvió a Alameda 340 para trabajar en el periodo del rector UC, Juan de Dios Vial Correa.
“Llamaron a un concurso de rectoría porque el rector Vial no quería gente externa, sino interna UC. Él dijo ‘tráigame al mejor garzón de San Joaquín, Casa Central y Campus Oriente’. Mi jefa me recomendó que postulara, así que entregué mi hoja de vida. Me llamaron un viernes para decirme que el lunes ya comenzaba a trabajar”, recordó Freddy.
Una de sus primeras tareas en su nuevo cargo fue servir el café en la sala de audiencia, durante una reunión del Consejo, entre el rector UC y los decanos, que en esa época eran 18 en total. “Entré con mi bandeja con café y fue la primera vez que bailaban las tazas sin que haya música (bromeó). Le pongo un café a Juan de Dios Vial, sin saber que él no recibía café porque a mi compañero se le olvidó comentarlo, pero el rector me lo recibió y desde esa primera vez siempre lo hizo”, comentó.
“Recuerdo también que él (Vial) nos invitó a mi esposa y a mí a sus Bodas de Oro, que fueron en una iglesia bien sencilla y bonita, los bancos de madera eran sin respaldo y cuando terminó la ceremonia le dije a mi esposa que esperemos para acercarnos a saludarlo. El rector estaba saludando a sus invitados cuando nos vio y él se aproximó a nosotros pasando por encima de las bancas, porque tenía piernas largas, a saludarnos muy agradecido porque habíamos ido. Eso me marcó”, destacó el funcionario, quien recuerda la calidad humana de Juan de Dios Vial.
Nuevo periodo
Cuando asumió el rector Pedro Pablo Rosso, Freddy se adaptó a su nueva forma de trabajo. “Gracias a él hice un curso de atención para el comedor. Por eso es que me sé el protocolo perfectamente. Aprendí cómo servir a la inglesa, a la francesa y el emplatado. Por donde servir y levantar de acuerdo con la ubicación de los comensales”, comentó.
El funcionario también recordó que iba a la casa de Rosso a atender grandes cenas, en donde el rector y su señora recibían a importantes invitados.
De decano a rector
Freddy conocía al rector Ignacio Sánchez de las reuniones del Consejo, cuando asistía como decano de la Facultad de Medicina UC. Él lo describe como “súper observador y con un gran don de atraer gente”.
“Las personas estaban prendidas con él, porque siempre fue de saludar a todo el mundo y por eso todos me preguntaban si en rectoría era igual. Fue un cambio porque mirando a los otros rectores, don Ignacio era más joven, él se ganó a la gente”, dijo.
Freddy aseguró que él y Loreto (la secretaría de Rectoría) conocen los gustos del rector, entre los que están almorzar saludable y la torta de tres leches, de la que se ha alejado un poco en el último tiempo.
“Cuando cumplí 65 años, en 2016, hice mis papeles, fui a la AFP y me jubilé. No me quedé en la AFP, sino que me cambié a una aseguradora porque es vitalicia. Le avisé al rector y él me pidió que lo acompañara un periodo más, pero parece que sólo tienes dos años más para trabajar después de jubilado y uno tiene que partir”, comentó el funcionario.
Ahora Freddy Rivera mira un futuro de nuevos desafíos junto a su querida esposa Eliana, con quien tiene 40 años de matrimonio y tres hijos: Freddy Sebastián, de 39 años; Daniela de 32 años; y Mauricio, de 27 años, quienes se titularon en la UC de químico farmacéutico, profesora y médico, respectivamente.
“Siento que con mi esposa sacamos la tarea y por eso también estoy dando un paso atrás, pero con sentimientos encontrados porque después de 43 años cuesta dejar una institución que quiero mucho. Me fascina mi trabajo, si bien me he equivocado como todo ser humano, si ponemos en la balanza creo que han sido más los aciertos que los desatinos”, concluyó.