Aprender toda la vida: clave para el futuro
Necesitamos un cambio de paradigma en educación para enfrentar la evolución del mercado laboral, ser más competitivos y prepararnos para una vejez saludable. Formarnos durante toda la vida puede ser la fórmula para sortear el acelerado entorno de transformaciones que debemos asumir en esta cuarta revolución industrial.
Las nuevas tecnologías han puesto en entredicho profesiones completas e incluso, las actuales generaciones se plantean para qué ir a la universidad. ¿Cómo enfrentar este desafío? De acuerdo al Foro Económico Mundial (WEF, su sigla en inglés), la "Educación 4.0" reimagina la educación como una experiencia inclusiva a lo largo de toda la vida, donde el estudiante tiene la responsabilidad de desarrollar sus capacidades, mientras que profesores y mentores actúan como facilitadores. Por ello, es necesario actualizar los sistemas educativos existentes e invertir en ellos.
Ya en los años ´70, el sociólogo Alvin Toffler apuntaba a que “los analfabetos del siglo XXI no serían aquellos que no supiesen leer y escribir, sino aquellos que no supieran aprender, desaprender y reaprender”. Desde hace unas décadas, la UNESCO viene promoviendo la cultura de educación “para toda la vida” (lifelong learning) que considera las motivaciones, habilidades y formas de aprender incluyendo el esfuerzo individual y colectivo que involucra ese proceso. Sin embargo, “la policrisis” que enfrentamos según el Foro Económico Mundial parece elevar el nivel de urgencia para asumir estos desafíos.
De acuerdo a esta entidad, en los próximos cinco años se crearían globalmente 150 millones de nuevos puestos de trabajo en tecnología y en 2030, las competencias digitales serían requisito en el 77% de las ofertas laborales. Pero también destaca que “la resolución de problemas, la cooperación y la adaptabilidad son las tres habilidades fundamentales que la educación debe impartir a los estudiantes”.
Desde el chat GTP a DALL-E
”No es un misterio que la Inteligencia Artificial (IA) está aportando herramientas muy potentes: desde crear un relato para un examen de grado o una presentación profesional (ChatGTP) a generar cualquier imagen requerida para ilustrar un documento o la misma presentación (DALL-E), pasando por su impacto en la mayoría de las áreas del conocimiento humano (medicina, ingeniería, ciencia, entre otras).
Se requiere, por lo mismo, estar preparados para el impacto que esto puede implicar en la educación y el mercado laboral: se crearán nuevos puestos de trabajo, otros se redefinirán y algunos simplemente desaparecerán”, destaca Patricio Donoso, prorrector de Gestión Institucional. Añade que, en ese contexto, el aprendizaje constante (Lifelong learning) resulta imprescindible para incorporar y aplicar nuevos conocimientos (upskilling), o bien para “reciclarse” y reaprender otras habilidades (reskilling).
“Lo importante es aprovechar las nuevas tecnologías, ver cómo nos adaptamos para obtener el mayor beneficio de ellas, de forma de contribuir no solo a una mejor formación, sino a una mayor conexión y pertinencia con el mundo del trabajo. Las instituciones de educación superior debemos asumir ese desafío”, expresa Patricio Donoso.
Continuidad del ciclo formativo
El vicerrector académico Fernando Purcell explica que luego de una graduación de pregrado, pueden transcurrir fácilmente unos 40 años de vida laboral, en los que la gente tiende a cambiar de trabajo con una frecuencia mucho mayor en comparación a lo que ocurría 20 o 30 años atrás. “Cada nuevo puesto o emprendimiento personal puede implicar la necesidad de capacitación focalizada. De ahí la importancia de ser capaces de formar profesionales y ciudadanos en el pregrado y el postgrado, proveyendo de capacitaciones posteriores más específicas, breves y flexibles, que permitan darle continuidad a un ciclo formativo que se proyecta a lo largo de toda la vida”, dice.
De acuerdo a Patricio Donoso, “la idea de ´hacer carrera´ en una sola organización, ya no parece ser una meta para los más jóvenes. Cada vez hay más emprendimientos, personas que siempre están innovando y buscando un camino propio. En ese contexto, la educación continua o permanente es clave para entregar nuevas herramientas que faciliten esa constante actualización”.
Fernando Purcell explica que “históricamente las universidades han ido potenciando y diversificando la formación a nivel de pregrado y postgrado, pero hoy se hace ineludible abordar también el desafío de la educación continua. Bajo la conceptualización de LifeLong Learning se requiere que las universidades ofrezcan oportunidades que permitan que la gente se vaya adaptando a los distintos ambientes laborales en los que se trabaja”.
Coincide con lo anterior el decano de la Facultad de Economía y Administración, José Miguel Sánchez: “En un mundo cambiante, donde el desarrollo tecnológico ocurre a una velocidad nunca antes vista -y que impacta al mercado del trabajo de manera significativa- la globalización hace que nos veamos afectados y hay desafíos muy grandes por delante. Por ello, debemos estar permanentemente actualizándonos, no solo en conocimientos, sino también en las competencias que somos capaces de adquirir y desarrollar para adaptarnos de la mejor forma posible a los cambios que van a seguir ocurriendo. Cada vez es más frecuente que las personas se muden de trabajo o de área laboral, se reinventen, emprendan y tengan distintos ciclos laborales a lo largo de su vida”.
Puntualiza que “los cambios demográficos, con el aumento de la esperanza de vida (82,52 años en mujeres y 77,99 años en hombres), ponen a Chile dentro de los 35 países con mayor esperanza de vida en el mundo. Esto tiene muchas implicancias y, entre ellas, que los ciclos laborales están siendo cada vez más largos; ello nos obliga a trabajar más tiempo para poder financiar más años de vida pasiva, y también nos da la oportunidad de seguir aportando activamente a la sociedad. Para poder enfrentar esa realidad, debemos prepararnos a lo largo de nuestra empleabilidad laboral y una buena manera de hacerlo es a través de la educación continua a lo largo de la vida”.
“Lo importante es aprovechar las nuevas tecnologías, ver cómo nos adaptamos para obtener el mayor beneficio de ellas, de forma de contribuir no solo a una mejor formación, sino a una mayor conexión y pertinencia con el mundo del trabajo. Las instituciones de educación superior debemos asumir ese desafío” - Patricio Donoso, prorrector de Gestión Institucional UC.
La productividad pasa por desarrollar el talento
Para Loreto Valenzuela, decana de la Facultad de Ingeniería, “el aprendizaje durante la vida es una necesidad: para que el cambio tecnológico y las tecnologías de punta conlleven a desarrollo y crecimiento económico, las personas deben ser capaces de difundirlos e implementarlos en las organizaciones (…) La evolución del conocimiento obliga a que las personas que desean mantenerse empleables deban estar vigentes por muchos años”.
En ese contexto la economía tiene hoy el desafío de aprovechar en forma más productiva y eficiente sus recursos naturales, tecnologías y personas. “Respecto a esto último -aunque muchas organizaciones chilenas gestionan con estándares de clase mundial- siempre hay espacios de mejora. Y mejorar en forma continua la productividad de un país pasa por desarrollar en forma permanente el talento de las personas”.
Como agrega la decana: “En Chile se invierte muy poco, tanto a nivel empresa, como gobierno, en capacitación y aprendizaje en la organización, y los beneficios tributarios son escasos. Son las mismas personas las que se incentivan a estudiar y hacerse cargo de ese costo, con el objetivo de mantenerse empleable por muchos años más, en un mundo donde la ciencia y la tecnología avanza tan rápidamente”.
Agrega que en el caso de la Facultad de Ingeniería, “en cinco años, se han más que duplicado la cantidad de alumnos matriculados en diplomados, y se han ampliado la diversidad de programas y áreas en la oferta, poniendo especial preocupación en las metodologías y conexión con las empresas y organizaciones”, comenta.
Como explica Luz Montero, directora de Educación Continua UC, la universidad lleva más de 20 años haciendo educación on line y actualmente hay más de 3 mil programas, entre diplomados y cursos, abarcando una amplia gama de materias. “Entre 2020 y 2021, pasamos de 80 mil alumnos en educación continua a 122 mil. Una parte importante de ellos son personas que ya están trabajando y quieren actualizar sus conocimientos, profundizar lo que ya saben o adquirir nuevas competencias o habilidades”, destaca.
Lo anterior implica no solo una actualización profesional, el Lifelong learning implica aumentar y actualizar los conocimientos; sino también una motivación para reaprender y aprender nuevas habilidades, tales como programación o manejo de las tecnologías, o competencias transversales (liderazgo, negociación, pensamiento crítico, etc), o idiomas, entre otros.
Los formatos y los tipos de programas educativos también son variados: desde un tradicional curso o diplomado presencial o vía streaming, a programas online asincrónicos, MOOCs, tutoriales; bootcamps y también programas 100% autoinstruccionales, entre otros. “En ese proceso es clave flexibilizar el aprendizaje, con modelos personalizados de acuerdo a las distintas necesidades. Las oportunidades están, solo hay que mantener la mente abierta y no temer al cambio”, añade Luz Montero.
La necesaria conexión entre conocimientos y demanda del mercado
Los especialistas coinciden en la importancia de conectar los requerimientos del sector productivo con la formación. Para el economista Sergio Urzúa, profesor de la Universidad de Maryland e investigador internacional de Clapes UC, ”la desconexión entre los contenidos que entrega el sistema educacional, particularmente en el nivel superior, y la demanda por conocimientos y aptitudes del mercado laboral, representa uno de los desafíos más importante de las economías modernas. La velocidad con que evolucionan las competencias laborales, la incorporación de tecnología en el mundo del empleo, el reemplazo del capital humano por robots, son todos elementos que aceleran la necesidad de un sistema educacional pertinente y relevante”.
En línea con lo anterior, Loreto Valenzuela destaca que “el rol del cuerpo académico es clave. Los profesores y profesoras permanentemente se relacionan con el mundo laboral, levantando en las empresas las habilidades y experiencias que buscan para construir los programas de estudio a la medida de esta necesidad. Ellos buscan lograr la combinación perfecta entre lo teórico y lo práctico”.
Luz Montero también apunta a que más allá de la motivación individual, la conexión y el compromiso compartido con las empresas y “el Estado, tendrían un rol para fomentar las políticas públicas que apoyen la formación en capital humano”.
Mientras, la UNESCO sostiene que enfrentar los desafíos del siglo XXI “y forjar un futuro sostenible para la sociedad democrática, requiere valorar el lifelong learning como un nuevo derecho humano“.
"(...) Es clave flexibilizar el aprendizaje, con modelos personalizados de acuerdo a las distintas necesidades. Las oportunidades están, solo hay que mantener la mente abierta y no temer al cambio” - Luz Montero, directora Educación Continua UC.
Un elemento diferenciador
¿Qué motiva a un profesional exitoso a seguir aprendiendo? Luis Hernán Browne, gerente general del grupo DF, ingeniero comercial UC y alumno del Magíster en Innovación (MI UC), responde: “Hoy veo la posibilidad de aportar en un equipo de trabajo que está viviendo un proceso de transformación digital importante y donde, además, es fundamental la innovación para potenciar su relevancia como medio y monetización de sus audiencias. El Magíster en Innovación UC permite un rápido conocimiento de un nuevo “idioma de innovación y estrategia” que me facilita el enfrentamiento a problemáticas competitivas; y –sumado a mi experiencia en gestión comercial y de contenidos- puede ser la diferenciación que me facilite la entrada a nuevas oportunidades. Esta etapa académica puede ser muy positiva para el desarrollo de herramientas de liderazgo en mi trabajo actual, como también para prepararme para opciones futuras en otras etapas que tengan relación con posibilidades de consultorías, trabajos académicos o participación de directorios”.
Para Carolina Cáceres, socia fundadora de WeFinder, “el aprendizaje es un ejercicio permanente que contribuye al desarrollo y crecimiento personal, y profesional. Combinar conocimientos desde la experiencia y lo académico, me ha permitido enfrentar los retos desde una perspectiva más sólida. Necesitamos entrenar capacidades y adquirir conocimientos a lo largo de la vida que nos ayuden a anticiparnos o adaptarnos rápidamente a los cambios, ya que estamos constantemente desafiados por las nuevas tendencias impulsadas por la innovación en todo ámbito de cosas, como también, los avances tecnológicos, nuevos modelos de negocios, productos y mercados. En este sentido, los programas de MBA UC y Magíster de Innovación UC - de los cuales soy egresada- me han proporcionado herramientas claves para enfrentar el futuro”.
Para Verónica Vásquez, directora académica de programas de Desarrollo Corporativo, profesora de la Escuela de Administración UC y del Magíster en Analítica para los Negocios, “las oportunidades de aprendizaje las tenemos todo el tiempo en el puesto de trabajo, en las experiencias e interacciones cotidianas de la vida, siempre y cuando las aprovechemos de forma reflexiva, abiertos a la retroalimentación y como una oportunidad para crecer. Pero, para responder a los desafíos actuales y futuros en entornos desafiantes e inciertos, se requiere promover la agilidad de aprendizaje, una competencia clave para el liderazgo y el desarrollo de una carrera profesional que implica la apertura a la formación de manera continua, demostrando curiosidad y flexibilidad para adaptarse a los desafíos del trabajo, aprender de la experiencia y aplicarla para mejorar la propia efectividad. También incluye probar soluciones y analizar problemas en nuevos contextos y de formas diferentes”.
En esa línea, Luz Montero también apunta a que si bien la tecnología y la digitalización tienen un rol protagónico, igualmente importantes son las habilidades transversales: el espíritu crítico, la resiliencia, la creatividad, la inteligencia emocional y el liderazgo. La tendencia actual es seguir educándose toda la vida y esa puede ser “la llave maestra” que abra nuevas puertas de desarrollo personal y laboral. “La inversión y transformación del capital humano no debe vincularse solo con la productividad. Educarse y mantenerse activo hasta el final de la vida da una protección que los especialistas llaman ‘reserva cognitiva’ para un envejecimiento más saludable”, concluye.