Investigan hantavirus en seres humanos en Chile
Transmitido en nuestro país por el ratón de “cola larga”, los casos de Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH) son pocos pero suelen ser de gravedad. Un estudio recientemente publicado en la revista The Lancet Infectious Diseases, liderado por las académicas de la Escuela de Medicina Marcela Ferrés y Nicole Le Corre, revisa aspectos clínicos y manejo de la enfermedad.
En 1995 se detectaron los primeros casos de hantavirus en Chile. El síndrome cardiopulmonar por hantavirus (SCPH) es una zoonosis viral, es decir, que es transmitida por animales al ser humano, en este caso, por roedores silvestres. En nuestro caso, por el Oligoryzomys longicaudatus o conocido comúnmente como ratón de “cola larga” y que transmite el “virus Andes”, el único que puede pasarse de persona a persona.
Los hantavirus causan dos enfermedades graves en humanos: fiebre hemorrágica con síndrome renal (HFRS), en Europa y Asia, y síndrome cardiopulmonar por hantavirus (HCPS), en las Américas. En la etapa inicial, ambos cuadros clínicos presentan sintomatología similar, como fiebre, cefalea y dolores musculares, especialmente en los muslos, caderas, y espalda. Sin embargo, los virus asociados a la infección en América tienen como órgano blanco el pulmón y corazón.
La fiebre hemorrágica con compromiso renal ha sido vista especialmente en algunos países europeos como Suecia, Finlandia, Alemania y Rusia. En Asia, en países como China y Corea, la sintomatología puede comprometer el riñón, pudiendo provocar una insuficiencia renal severa variable y reversible.
En Chile la enfermedad es endémica, con una presentación de tipo estacional en primavera-verano, es decir, los casos se concentran durante los meses de noviembre a marzo.
¿Qué tan grave son las enfermedades por hantavirus?
Su letalidad es variable, dependiendo del virus. En el continente americano hay tres virus que presentan la mayor letalidad: el virus Sin Nombre (SNV) de EEUU; el virus Andes (ANDV) de Chile y el sur de Argentina; y el virus Araraquara (ARAV) del sur de Brasil. En estos casos la tasa de mortalidad entre los afectados es de un 30 a 40%.
En el caso de las fiebres hemorrágicas con compromiso renal, la gran mayoría de los infectados cursa con una infección asintomática o con pocos síntomas. La letalidad estimada entre los que se diagnostican, porque son ingresados al hospital o se les hacen exámenes confirmatorios, es menos de 1%; salvo las infecciones causadas por el virus Dobrava del sudeste de Europa, que reporta una letalidad del 10%.
Investigación chilena
“Hantavirus en humanos: revisión de aspectos clínicos y manejo”es el nombre del artículo recientemente publicado en la revista científica The Lancet Infectious Diseases. El estudio fue liderado por las académicas del departamento de Enfermedades Infecciosas e Inmunología Pediátrica, de la Escuela de Medicina, Marcela Ferrés y Nicole Le Corre, y fue escrito en colaboración con destacados investigadores nacionales e internacionales en hantavirus, liderados por Pablo Vial, académico de la Facultad de Medicina - Clínica Alemana Universidad del Desarrollo (CAS-UDD).
La incidencia de Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus (SCPH) en nuestro país es baja, los casos anuales oscilan entre 30 a 90 los últimos 5 años, aunque suelen ser de gravedad. Como explica Marcela Ferrés, jefa del departamento de Enfermedades Infecciosas e Inmunología Pediátrica de la Escuela de Medicina: “Desde que se conocieron los primeros casos, en reconocimiento precoz, un manejo uniforme en las unidades de cuidados intensivos evaluó si los corticoides en altas dosis tenían efecto real en disminuir la letalidad, pero investigadores universitarios chilenos en conjunto con grupos ministeriales descartaron la hipótesis. Posteriormente, se trabajó en la evaluación del uso precoz de plasma donado por pacientes convalecientes de esta enfermedad con esperanzadores resultados”.
La académica también detalla que en el año 2017 se decidió que, ante la sospecha del diagnóstico, los pacientes serían derivados a centros terciarios con disponibilidad de ventilación mecánica y circulación extracorpórea. “Los afectados tienen mejor sobrevida cuando reciben en forma precoz los cuidados de la medicina intensiva, incluidas las unidades con acceso a ECMO para el síndrome cardiopulmonar por hantavirus (HCPS) que una UCI les pueda ofrecer”, afirma la investigadora.
Actualmente, se está trabajando en la elaboración de un “equivalente artificial del plasma inmune”, los anticuerpos poli o monoclonal contra El Andes virus (ANDV), para ser infundido en forma precoz a los casos y eventualmente usarlos, previo estudio de seguridad y eficacia, a sujetos en alto riesgo de desarrollar la infección. Estos podrían ser los contactos cercanos de los casos de ANDV, el único virus que además de contraerlo en el ambiente del ratón colilarga, se puede adquirir desde un enfermo a un contacto, como la persona cuidadora que tiene gran cercanía son sus fluidos como la saliva, en la fase final de la incubación del virus y el inicio de la enfermedad sintomática.
El equipo de trabajo que ha participado en el estudio está conformado, desde la UC, por la bioquímica y magister en epidemiología Constanza Martínez-Valdebenito, la enfermera magister en epidemiología Carolina Henríquez y la viróloga Jenniffer Angulo. La investigación se ha desarrollado a lo largo de todo Chile y los ensayos virológicos se han realizado en el Centro de Investigaciones Médicas y el laboratorio de Bioseguridad Nivel 3, de la Escuela de Medicina. En la actualidad cuenta con financiamiento FONDECYT #116197 y #1211825.