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¿Por qué nos elige Japón?


Hay varios tratados comerciales, pero también iniciativas científicas entre los principales puentes de unión de Chile y Japón, y que hoy tienen a la UC como una bisagra entre ambas naciones. Este es un artículo de la edición de diciembre de Visión UC.

Hasta hace poco, era tan sólo el comercio la base de la relación entre Chile y Japón. Una relación que este 2017 cumplirá 130 años —en 1897 suscribieron el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación— con nuevas razones para celebrar esta madurez: el encanto de nuevas áreas de atractivo, específicamente, la científica y académica.

«Tenemos características geográficas que son muy similares, un país largo y angosto, sísmico con maremotos, y una importante actividad volcánica», señala el abogado Marcos Jaramillo del Centro de Estudios Asiáticos UC.

Por el lado académico, las relaciones entre ambas naciones son crecientes y de buena proyección. De hecho, la Universidad Católica junto a la U. de Chile son las dos instituciones locales vinculadas con Japón, específicamente con la U. de Tokio, uno de los mejores planteles del mundo (ocupa el lugar 34 del último reporte de la agencia QS).

Las características geográficas de ambas naciones han sido estructurales para esta vinculación científica. No es casualidad que se diga que Chile y Japón «son hermanos sísmicos», frase que se hizo más potente luego de que ambos países experimentarán fuertes sismos los años 2010 y 2011, respectivamente, aumentando la colaboración científica y técnica en desastres naturales, como también la ayuda humanitaria.

Es en este contexto en el que se explica que a inicios del mes pasado se realizara en la región de Magallanes el «Chile-Japan Academic Forum 2016 at Patagonia», organizado por las universidades Tokio, la UC, la U. de Chile y de Magallanes, donde más de 200 científicos conversaron alrededor de 12 ejes temáticos.

«Queremos promover nuevos campos académicos porque queremos profundizar esta colaboración con las instituciones chilenas y extenderla con otros países sudamericanos», afirmó a Visión Ken Furuya, vicepresidente ejecutivo de la U. de Tokio.

Hermanos sísmicos y más

Este contacto científico del que habla Furuya ha hecho posible también que ambos países trabajen en diversos proyectos, donde la participación de la UC ha sido gravitante. Por ejemplo, en las alturas del desierto de Atacama, en el cerro Chajnantor, a más de 5.600 metros sobre el nivel del mar se encuentra el Observatorio Astronómico de la Universidad de Tokio (TAO), cuya altitud es la mayor en el mundo, donde nuestra casa de estudios, a través del Centro de Astro-Ingeniería (AIUC), único centro chileno en su tipo, ha sido uno de sus colaboradores desde hace diez años, contribuyendo a su construcción y puesta en marcha.

«El TAO es un gran desafío tecnológico, razón por la que hemos colaborado en la instrumentación de este telescopio», dice Leopoldo Infante, director del AIUC. En este momento en el centro estudian y construyen uno de los instrumentos de este equipo: un buscaplanetas que es «un espectrógrafo de alta resolución muy estable y que va a poder medir con alta precisión las velocidades de órbita de los planetas», asevera Infante.

Otra de las áreas donde hay relaciones significativas es en materia de desastres naturales; aquí, a través de investigadores de Geografía y del Centro Nacional de Investigaciónpara la Gestión Integrada de Desastres Naturales (CIGIDEN), se han establecido conexiones relevantes, dadas las grandes similitudes geográficas de ambos países. Hace poco un grupo de investigadores del centro, encabezados por Roberto Moris del Instituto de Estudios Urbanos, participó en Japón del simulacro conjunto realizado con Chile para conmemorar el Día Internacional de Concientización del Tsunami.

En materia de Estudios Asiáticos, existen vínculos de larga data con el país oriental entre el Centro de Estudios Asiáticos y el Instituto de Estudios Avanzados de Asia, en temáticas como el derecho chino y japonés, como también en torno a  temas económicos y geográficos.

Una de las áreas nacientes de interés entre la UC y la U. de Tokio es en torno a la química, donde la creación de materiales sustentables ha vinculado a los investigadores desde el año 2013, «y esperamos seguir fortaleciendo estos lazos y buscar objetivos comunes», comenta Mauricio Isaacs de la Faculta de Química y del Centro de Nanotecnología.

En la actualidad, nuestra institución mantiene convenios de intercambio con siete instituciones japonesas, incluyendo la U. de Tokio. Fernando Alvarado, quien encabeza la Dirección de Relaciones Internacionales, explica que el intercambio con el país nipón empezó hace veinte años. A la fecha, 119 alumnos de pregrado han ido a este país mientras que 156 estudiantes japoneses han llegado a nuestra institución.

 


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