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¿Qué convirtió al desierto de Atacama en el más árido del mundo?


Biólogos, ecólogos, geógrafos, arquitectos y arqueólogos, entre otros, se reunieron en la Estación Costera de Las Cruces UC en el taller “Mankind in the Desert”, organizado por el Centro UC Desierto de Atacama, para entender mejor este territorio y habitarlo de manera más sustentable.

La evolución del clima y los efectos del calentamiento global, las nuevas formas de captación de agua, las especies vegetales y sus ecosistemas, las maneras en que el ser humano se ha adaptado a condiciones extremas y las huellas que ha dejado en el territorio, fueron algunos de los temas abordados en el taller “Mankind in the Desert” organizado por el Centro UC Desierto de Atacama (CDA).

Como explica su director y académico del Instituto de Geografía, Juan Luis García, el encuentro buscó ser un espacio “para discutir sobre el desierto de Atacama, el registro de la historia natural que esconde y cómo esta nos permite generar una forma de habitar más sustentable, con menor impacto negativo de las actividades humanas y así mejorar nuestra resiliencia frente a sus amenazas naturales latentes”. Realizado en la Estación Costera de Investigaciones Marinas de la Universidad en Las Cruces, el taller reunió durante tres días a expertos nacionales e internacionales de distintas disciplinas.

Daniel Stanton, investigador del departamento de Ecología, Evolución y Comportamiento de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos,  abordó la manera en que la niebla interactúa con la vegetación en el desierto más árido del mundo: cómo esa relación conforma distintos ecosistemas; el papel de los líquenes, algas y bacterias; y la resiliencia de estos seres vivos a los cambios de la niebla. 

Por su parte, Jay Quade, experto en aspectos geoquímicos del suelo de medios áridos de la Universidad de Arizona, también de Estados Unidos, ahondó en la evolución geológica y climática del Desierto de Atacama.

Por ejemplo, cómo el crecimiento de la cordillera de Los Andes durante el Mioceno (periodo que comenzó hace cerca de 23 millones de años y terminó hace unos 5 millones de años, marcado por la elevación de cordilleras), produjo la hiper-aridización del desierto como es hoy.

O cómo la presencia de suelos de antiguos humedales y zonas boscosas evidencian un clima cambiante al final de la última glaciación, y cómo el ser humano tuvo de adaptarse a un clima de extremos. 

El rastro que han dejado las actividades humanas en su paso por el desierto, especialmente la minería, es el tema de investigación de la académica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Montreal, Canadá, Alessandra Ponte.

“Estoy interesada en los paisajes culturales, especialmente aquellos extremos como el desierto; en la arquitectura de los asentamientos, de cómo el ser humano se ha adaptado, cómo impacta su forma de vida al territorio y qué hace allí”, explica y agrega que uno de sus objetivos es descubrir las relaciones, similitudes y diferencias que existen entre la industria del cobre en Chile y Canadá, “donde estas compañías se instalan en lugares remotos y de difícil acceso, creando campamentos mineros que se autoabastecen y transforman completamente el paisaje”.

Otro tema abordado fue el agua:

la niebla costera del desierto como un recurso hídrico y las nuevas formas de colectarla, la variabilidad de la nube stratocumulo en el norte de Chile, los recursos hídricos existentes en el subsuelo, las tillandias o plantas que crecen gracias a estas preciadas gotas y los escosistemas que generan; las semillas escondidas en estos suelos hiperáridos; los aluviones que afectaron Atacama y la planificación territorial preventiva; los efectos del cambio climático; y también los primeros habitantes del desierto y sus estrategias de adaptación. 

Las conclusiones del taller incluyeron la integración de un nuevo grupo de trabajo liderado por el CDA para el estudio y la sustentabilidad del Desierto de Atacama; la coordinación de un número especial con los resultados del taller en una revista nacional y la preparación en el mediano plazo de una publicación con las proyecciones del cambio fisiográfico o paisaje físico del desierto de Atacama en el siglo XXI.


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