¿Qué hay tras las memorias de uno de los emperadores más célebres del imperio romano?
Las breves memorias políticas del emperador Augusto (63 a.C.-14 d.C.) son el tema central del último libro del académico del Instituto de Historia, Nicolás Cruz. La investigación del historiador, quien tradujera por primera vez este texto a comienzos de los años 80, decanta en una nueva publicación de Ediciones UC “Res gestae Divi Augusti” que será lanzada esta semana.
Augusto, hijo adoptivo de Julio César, fue uno de los emperadores que duró más años en el mandato: cerca de cinco décadas, entre el 44 a.C. hasta el 14 d.C. Al morir, este político romano dejó como testimonio unas breves memorias, no más de 15 páginas, sin embargo, el valor de su contenido ha sido materia de discusión durante años para los historiadores.
El académico del Instituto de Historia, Nicolás Cruz, revisa la importancia de este texto como testimonio y precedente de quien fuera uno de los primeros políticos en impulsar un aparataje comunicacional. Estas memorias fueron inscritas en el frontis del mausoleo de Augusto, en un lugar central del imperio.
“Él estableció el régimen imperial romano, es decir, Roma ya había hecho sus conquistas, pero este emperador estableció las bases y administró el imperio”, explica el autor del nuevo libro de Ediciones UC “Res gestae divi Augusti”, que será lanzado esta semana.
Cruz tradujo por primera vez estas memorias a inicios de los 80 en Italia y tras años de desarrollo de su investigación al respecto, publica este texto dividido en tres partes: prólogo, traducción y comentarios, párrafo por párrafo.
Para la elaboración de este libro, Cruz contó con el apoyo del académico de Letras UC, Antonio Arbea.
- Según su investigación, ¿Cuál era la intención de estas memorias?
Las memorias están escritas con gran exactitud, lo que implica que Augusto quiso dejar un mensaje muy claro sobre cuáles fueron sus obras, ‘quiero que me recuerden así’. Y desde cierta perspectiva, le resultó, pues durante muchos siglos lo que dijo fue tomado como cierto.
La perspectiva de esta publicación, sin embargo, es el tema de la memoria y su anatomía, no se le debe pedir a la memoria entrar por el lado de cuán exactos son los hechos.
Claramente, no son memorias espontáneas sobre hechos que tuvieron lugar 55 o 60 años antes de que fueran escritas. Por ejemplo, no menciona a ninguno de sus enemigos y esto puede delatar narcisismo, egocentrismo y autoritarismo. Es todo marcadamente en primera persona.
- ¿Es como dar cuenta de un programa de gobierno?
Ese es precisamente uno de los objetivos. Hoy tenemos algunas dudas al observar estos ejercicios, pues el Gobierno toma decisiones al calor de lo que sucede, no se sabe si estaban delineadas ciertas acciones.
Él trata de que las piezas calcen como una estrategia política. Puede ser una intuición, pues él estuvo siempre dedicado al poder. Pero no en un sentido de excederse en el uso del poder, sino que era un animal político bastante consciente de su labor. Es por esto que su legado duró unos 200 años.
Al mismo tiempo, Augusto era una figura interesante. Comía poquísimo, frutos, un poco de queso, su vestimenta y su casa eran sencillas.
- ¿Era un intelectual?
No, pero sí entendía y es el primer caso de la historia de quien entiende la importancia de los intelectuales y los poetas. Es el periodo en que promueve a poetas como Virgilio y Horacio. También se trata del primer caso en la historia de un Gobierno que crea un sistema de comunicaciones.
Las comunicaciones iban desde la creación de monedas con su imagen o a través de epigrafías en los caminos donde había retratos del emperador, en ellos siempre aparecía joven. Esta inscripción corresponde al último acto de comunicación del emperador.
Él gobernó un largo periodo y la idea central de su Gobierno fue crear una comunidad mediterránea, de manera que fue incorporando a las elites de las provincias, al centro del poder, a la administración pública, al ejército, al Senado. Ancló sus bases en las elites y eso le dio estabilidad al imperio romano.
- ¿Para quién iban dirigidas las memorias específicamente?
Ese aún es un tema en discusión. Yo desarrollo la postura de que eran para el público romano, pues estaban escritas en latín y también para los visitantes de las elites que venían a la ciudad. Puede haber tenido un afán pedagógico también.
- ¿Y su libro, para quién va dirigido, es un texto de consulta, tiene un afán pedagógico...?
Este libro aspira, en el sentido más amplio posible, a todo el espectro académico, vale decir, estudiantes, profesores y colegas de distintas disciplinas. A la vez, uno de los mensajes importantes que quiero destacar en la publicación es la idea de que el legado de Augusto tiene que ver con la palabra consenso, que es una palabra romana.
He estudiado este caso desde ese punto de vista. Augusto fue promotor de un consenso exigente, no le entregó Roma al Senado, también fue exigente con las elites locales. Se generó un proyecto con espesor político, con responsabilidad y compromiso y eso hace que hablemos del imperio romano. Por eso la idea de “consenso exigente” me parece importante. En el poema Eneída destaca el mensaje de la justicia. Si no hay justicia, tendremos a los pueblos sometidos por las armas y luego se rebelarán.