¿Qué podemos aprender sobre antropología dental?
El antropólogo biológico y zoólogo, Kornelius Kupczik dictó una clase donde analizó fenómenos de adaptación fenotípica relacionados con la dentadura. El académico dio a conocer cómo cambió la mandíbula del hombre en función de la modificación de su dieta.
El académico Korneluis Kupczik se presentó recientemente en la universidad para dar a conocer diversas revelaciones que esconde la dentadura humana a lo largo de su evolución. Kupczik es antropólogo y zoólogo, además de ser jefe del grupo de investigación en el instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig.
El investigador fue invitado por las disciplinas de antropología y odontología para presentar un resumen de los diferentes estudios que ha publicado. Una de sus áreas de interés, señaló, es cómo se vinculan los dientes con la genética y la relación modular entre cráneo y dentadura. “El cráneo ha cambiado mucho, pues hoy en día el cerebro es muy grande y potente, pero en el pasado era pequeño y la dentadura era mucho más grande”, graficó.
Este fenómeno, según el científico, da cuenta de que los dientes evolucionaron hacia un tamaño más pequeño a la par con la evolución de la dieta humana. Una de sus investigaciones relacionadas con este tema, relató, buscó ahondar en el vínculo entre la distrofia muscular y la alimentación.
Con este fin, evaluaron a ratas con distrofia muscular y las hicieron comer una dieta blanda y otra dura, en grupos separados. Con ambas dietas se pudo observar que ciertas partes del cráneo se afectaron por la mutación. “Se confirmó la estructura modular del cráneo y determinamos que efectivamente la alimentación condiciona ciertos rasgos”, explicó.
Raíces dentales
En el campo de la antropología dental existen diversas ramas. Por ejemplo, están quienes se dedican exclusivamente a investigar las coronas, pero en el caso de Kupczik, él estudia las raíces dentales: cómo la superficie de las raíces se correlaciona con la fuerza masticatoria.
Al respecto, señaló el académico, existe una investigación que da cuenta de diversas especies, donde el oso polar es uno de los animales con superficie radicular más alta, pues consume focas y necesita alta fuerza masticatoria. Lo contrario sucede con el zorro orejudo.
Agregó que sobre el hombre en 90 mil años se ha visto cómo su superficie radicular era mucho mayor con anterioridad. Sobre mandíbula y raíces, Kupczik dio a conocer un estudio aplicado en perros con el fin de evaluar tipos de displacia ectodérmica, es decir, cuando faltan uñas, pelo, hay pocos dientes o la dentadura está dañada. Este fenómeno también se da en humanos.
“Vimos que se trata de una mutación en el llamado gen Foxi3, el que tiene una gran importancia en el desarrollo de los pelos, dientes y cúspides molares”, expresó y añadió que con este trabajo se buscó conocer de paso qué relación hay entre la evolución de la dentadura humana y la pérdida de pelaje.
Raíces dentales, dietas diferentes y genes compartidos entre especies forman parte del interés académico de este antropólogo dental. Sus áreas de estudio se vinculan, manifestó, pues son diversos campos los que apuntan a desentrañar qué factores evolutivos contribuyen a fenómenos como la reducción dental, lo que a la vez se puede relacionar con una dieta y/o una base genética.