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La Casa Central de la UC inaugura moderna iluminación LED en su fachada


Con el propósito de ahorrar energía a la hora de iluminar el frontis y también poner en valor un edificio cuya construcción se remonta a principios del siglo XX, las autoridades de la universidad decidieron implementar esta tecnología más sustentable.

Era una deuda con el edificio y con el resto de la ciudad. Ya durante 2013 habían surgido las primeras conversaciones con la Municipalidad de Santiago para que la universidad iluminara adecuadamente su sede central e hiciera relucir su arquitectura de inicios del siglo XX.

“Nuestra universidad tiene varios edificios que son Monumentos Nacionales y otros de interés histórico. Hace tiempo que estamos trabajando por valorizar nuestro patrimonio y poniéndonos al día en lo que respecta a mantenciones e iluminación. Es en este contexto en el que aparece este proyecto”, explica Tomás Dalla Porta, director de Infraestructura de la UC, unidad a cargo de la logística.

Con 159 modernas luces LED se remplazó la iluminación que existía: antiguos focos cuyo gasto energético era muy superior. Y es que una de las principales razones para echar a andar nuevamente el proyecto fue la sustentabilidad. Estas luces, además de ser de bajo consumo, estarán encendidas solo cuatro horas al día, de 19 hasta las 23 horas. Esto va en línea con el desafío que busca hacer de la UC una universidad carbono neutral para el año 2038.

La instalación de las luces demoró cerca de tres meses y el proyecto entró en funcionamiento el 2 de agosto. Según Dalla Porta, además de la iluminación hay proyectos que consideran la limpieza de la fachada. Esto se suma al trabajo diario de limpieza de grafitis que se realiza en la fachada.

Más de cien años de historia

Más de 20 años después de la fundación de la UC, en 1888, se materializó la idea de construir una sede definitiva, que pudiera albergar las crecientes necesidades de la universidad de ese entonces. Corría el año 1910 cuando se puso la primera piedra de un edificio que se inauguraría siete años después. Este era muy distinto al que se conoce hoy en día, pues se trataba de un edificio anexado al entonces Instituto Luis Campino, hoy Centro de Extensión.

De este modo, es que la Casa Central se fue construyendo por etapas en un proceso en el que trabajaron tres reconocidos arquitectos de la época: Ignacio Cremonesi (quien también renovó la Catedral Metropolitana) con el diseño original, Emilio Jecquier (responsable del Palacio Bellas Artes y la Estación Mapocho) y Manuel Cifuentes, primer arquitecto graduado de la UC. Este último fue el encargado de unificar la fachada en los años 30, luego de que un voraz incendio consumiera buena parte del tercer y cuarto piso de nuestra sede universitaria. Esta fue la última intervención importante que tendría la fachada del lugar hasta hoy.


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