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La clonación en el mundo: “El uno y el dos”


Los profesores Luca Valera, del Instituto de Filosofía y Centro de Bioética UC, y Ricardo Moreno, de la Facultad de Ciencias Biológicas UC escribieron una reflexión acerca de la barrera de clonar una especie de primate.

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photo_camera Archivo UC

Con la motivación de ofrecer una reflexión bioética y filosófica acerca de los recientes avances en clonación dados a conocer en enero, los académicos Luca Valera, del Instituto de Filosofía y Centro de Bioética UC, y Ricardo Moreno, de la Facultad de Ciencias Biológicas UC escribieron una columna titulada “El uno y el dos”. En ella entregan breves puntos de vista en relación a Zhong Zhong y Hua Hua, los dos monos clonados a través de una metodología parecida a la utilizada con la oveja Dolly.

El uno y el dos

La matemática es cierta. 1 + 1 = 2, nadie puede negarlo. La realidad un poco menos, y por eso tenemos tantos problemas. Que uno más uno haga siempre dos, en la realidad cotidiana, no es tan cierto. Hay, de hecho, un ámbito en el que decían que no se puede contar, porque los “objetos” son tan diferentes que no permiten hacer una sumatoria: el de las personas, “individuos irrepetibles”. Ahí se vuelve imposible contar, porque se estarían mezclando peras con manzanas: lo enseñaban ya en el colegio. Yo soy yo, y no hay otro que sea igual a mí. Ya no somos “objetos”, sino que “sujetos”. O, mejor dicho, “personas”.

Eso es cierto. O era cierto, hasta el día 24 de enero, cuando un grupo de científicos chinos llevó a cabo una clonación de monos, como reporta la revista científica Cell. Zhong Zhong y Hua Hua, se llaman los dos monos (primates no-humanos), clonados a través de una metodología parecida a la utilizada con la oveja Dolly. El nombre técnico para lo que comúnmente se conoce como clonación  es “Transferencia Nuclear de Células Somáticas” (TNCS): se toma el núcleo de una célula adulta, y se cambia por el de un ovocito. Perfectamente iguales a sus “papás”, es más, genéticamente iguales. Ahí uno más uno hace siempre dos. Algunos sostienen que en el mundo de los animales siempre ha sido así, 1 + 1 = 2, porque no son personas, pero se trata de otro debate.

El punto es que, como dijo Muming Poo, protagonista del estudio y miembro de la Academia de Ciencias China, “se ha superado la barrera de clonar una especie de primate”: esa es la novedad. De los monos a los humanos el recorrido es breve, como demuestra Darwin. 1+1 = 2. Ahí la pregunta se hace más apremiante: ¿Qué necesidad tenemos, en un mundo en el que los “unos” son ya demasiados, como dicen los sostenedores de las sobrepoblación del planeta (7.500 millones hasta la fecha), tener también a los “dos”?

Luca Valera, Instituto de Filosofía y Centro de Bioética UC
Ricardo Moreno, Facultad de Ciencias Biológicas UC


INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Dirección de Comunicaciones


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