Reflexiones para entender la crisis social: La desigualdad trasciende lo económico
Esta es una de las cinco reflexiones publicadas en el último número del periódico Visión. En el artículo, ocho académicos entregan su punto de vista del actual escenario de movilizaciones y protestas de parte de la ciudadanía. A continuación, la visión de Osvaldo Larrañaga, economista, director de la Escuela de Gobierno UC.
Chile enfrenta una grave crisis social estos días, a pesar de tener el ingreso per cápita más alto de la región. Ha habido distintas explicaciones para esto, y en todas ellas la desigualdad ocupa un lugar principal. Los bajos niveles de remuneraciones, los exiguos montos de las jubilaciones, el acceso incierto a atención de salud, el agobio del trabajo y los tiempos de traslado, el peso de las deudas y la inseguridad permanente, son parte de la vida diaria de alrededor del 60% de la población.
Una realidad que no se condice con la del 10% más afluente, cuyo nivel de vida es propio de un país desarrollado. La desigualdad trasciende los recursos económicos. Las diferencias de ingresos dan lugar a asimetrías de poder e influencia. Hay desigualdad de trato, entre grupos sociales y ante la ley, así como menoscabo de la dignidad ante situaciones de abuso. La política pública no ha contribuido con soluciones oportunas para reducir la desigualdad. Muchas veces los tomadores de decisiones en el Ejecutivo y en el Parlamento viven muy alejados de los problemas de las mayorías. También ha habido oposición de quienes ven en las medidas redistributivas un riesgo para el crecimiento económico.
Chile necesita un combate contra la desigualdad, que incluya redistribución de ingresos, provisión de bienes públicos de calidad, mejores oportunidades y cambios en aquellas bases del sistema económico que generan o fomentan la desigualdad. Pero, sobre todo, se necesita asegurar igualdad de trato y dignidad, así como de poder e influencia.