La nueva aula de arte “Nuestros Pueblos Originarios” abrió sus puertas en la UC
El recinto, que se inauguró este 15 de octubre en Campus Oriente, albergará la colección de objetos arqueológicos y etnográficos, piezas de arte indígena donadas a la universidad por el profesor del Instituto de Estética Gastón Soublette.
El sonido del kultrún se escuchó fuerte hoy en los patios de Campus Oriente. Quien lo hacía sonar era el lonko Ivan Coñuecar, encargado de oficiar el Llellipún o rogativa mapuche que se preparó para cerrar la ceremonia de inauguración de la nueva Aula de arte “Nuestros Pueblos Originarios”. Las piezas de arte indígena chileno y peruano que serán permanentemente exhibidas allí fueron donadas por el académico Gastón Soublette, y gracias a esto, la UC contará con testimonios tangibles de la vida de estas culturas para fomentar la reflexión sobre su forma de comprender el mundo.
La colección consta de 256 objetos entre cerámicas, platería, textiles y tallas de madera y piedra (líticos). Son objetos arqueológicos, pero también etnográficos, es decir, relativamente contemporáneos y usados por los grupos indígenas en sus rituales. Abarcan un periodo que va desde la prehistoria hasta fines del SXIX y son de diversas culturas como Mapuche, Inca, Chimú, Moche, Diagüita, Arica, Atacameña, Nazca y Tiwanaku, entre otras. La exhibición consta de cerca de 150 piezas.
“Este nuevo espacio que se abre hoy aquí en el Campus Oriente estará dedicado a difundir y preservar la tradición cultural de nuestro país a través de la exhibición de creaciones artísticas de nuestros pueblos originarios. El objetivo general es dar a conocer, poner en relevancia, preservar y difundir la colección de objetos de diversas culturas indígenas que hoy regala el profesor Soublette a la comunidad universitaria en un aula abierta en forma gratuita a los alumnos, académicos y administrativos como también al público en general”, señaló el rector Ignacio Sánchez a los presentes.
Además, se refirió al futuro de la muestra. “El gran interés académico que despiertan estas piezas fomentará su estudio, restauración y conservación, además de promover la realización de diversas investigaciones, así como la publicación de textos y artículos que difundan estos conocimientos, todo lo cual contribuirá a la permanente puesta en valor de este legado”.
Sobre las razones que lo llevaron a hacer este acto de generosa entrega, el profesor Soublette explicó: “Para mí todos estos objetos están inmersos en un aura de sacralidad que me impacta fuertemente, por lo cual me habría sido imposible lucrar con ellos, sobre todo tratándose de esta casa de estudios que es como mi propio hogar”.
Además, señaló el problema que radica en la forma en que se han concebido históricamente a estos pueblos. “La política chilena en lo que se refiere a nuestros pueblos originarios se ha basado en el supuesto de que la condición aborigen es un estado de evolución del hombre caracterizado solo por la carencia de los bienes y conocimientos del mundo civilizado, por eso la política se ha orientado hacia la integración, ignorando el valor de las culturas nativas de nuestro continente. Ha habido una carencia de la cultura para entender que la condición aborigen es un valor en sí y no un problema. El hecho de vivir insertos en el orden natural supone la posesión de una sabiduría que carece el hombre perdido en las grandes masas urbanas”, declaró, junto con subrayar la importancia de incluir el estudio de las culturas indígenas de Chile en la educación superior, como se está haciendo en la universidad a través del Instituto de Estética hace cuatro décadas.
Gabriel Castillo, director de esta unidad académica que tendrá la tutela de la colección, destacó el valor inmaterial de ésta. “El acopio de objetos reunidos durante décadas que el profesor Soublette nos lega en esta colección que el rector ha tenido la inteligencia y la visión extraordinaria de acoger y de resaltar, no provienen por ello de una mera afición de coleccionista. Ellos proyectan en la conservación cuidadosa de piezas materiales, una cantidad extraordinariamente mayor de piezas inmateriales, que se exponen en el aula de clases, en las publicaciones de nuestro Instituto, de puertas, de ventanas a la comprensión de un mundo que aunque decidamos no ver, está insoslayablemente determinando el espacio de nuestra cultura y de nuestra existencia”.
Al finalizar, los presentes bailaron y cantaron, acompañando al lonko y a los miembros de la Comunidad We Folilche del Cerro Cordillera de Valparaíso. Posteriormente, se realizó el corte de cinta y se abrieron las puertas al recinto de 120 m2 que reunirá 10 grupos de objetos, ordenados en función de su uso ceremonial.
INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Constanza Flores L., cmflores@uc.cl