La nueva señal educativa y los desafíos para el mundo escolar
Para apoyar el aprendizaje en estos tiempos de pandemia, nace a partir del 27 de abril TV Educa Chile, señal digital que busca llevar a los estudiantes y sus familias contenidos educativos, culturales y de entretención. Cómo aprovechar estos recursos, así como la priorización del bienestar psicosocial y flexibilización de los currículos, son algunas de las propuestas de un grupo de expertos, al alero de la "Mesa Social Covid-19 UC".
Un total de 849 millones de estudiantes, incluidos los universitarios, dejaron de tener clases presenciales en 113 países, al 18 de marzo de este año, debido a la pandemia, de acuerdo al Pacto Global por la Educación. En Chile, son tres millones y medio de escolares quienes se encuentran en esta situación. Clases virtuales, aplicaciones educativas, ejercicios, guías… Todo sirve para readecuarse a este periodo.
Precisamente para apoyar este proceso, el Gobierno y el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) acordaron crear TV Educa Chile, una señal digital, disponible en su totalidad a partir del 27 de abril. Su objetivo es acompañar el aprendizaje durante el tiempo de cuarentena. Esto, a través de contenidos de entretención, educativos y culturales.
Para acceder a esta señal, los canales de tv abiertos han habilitado una segunda señal. Por ejemplo, la transmisión de Canal 13 es a través del 13.2 y Mega, del 9.2. También se sumaron compañías de televisión de pago. Esto permite, de acuerdo al CNTV, que los contenidos lleguen al 80% de los hogares en el territorio nacional, incluyendo el archipiélago Juan Fernández e Isla de Pascua.
Oportunidades y desafíos de la señal educativa
La televisión “sigue siendo nuestra gran contadora de historias, un lugar de encuentro simbólico, que contribuye a generar procesos de opinión pública, imaginarios sociales y de educación ciudadana”, afirma la académica de la Facultad de Comunicaciones Rayén Condeza.
“Contar con una señal educativa representa una gran oportunidad”, afirma el académico de la Facultad de Educación y director del Centro UC para la Transformación Educativa – CENTRE. Ernesto Triviño. “Recordemos programas como Plaza Sésamo, que demostró ser un gran aporte para el desarrollo de habilidades cognitivas en los niños”, afirma.
Sin embargo, la televisión educativa en Chile es casi inexistente en los últimos años. De acuerdo al CNTV, la oferta para niños y adolescentes en televisión abierta, ni siquiera alcanzó el 1% en 2018. De ahí que la parrilla programática y su calidad, representa un desafío para la nueva señal.
En el caso de TV Educa Chile, dada la premura, se recurrirá principalmente a contenidos que ya se transmitían por Internet a través del sitio web de CNTV infantil. “Este contiene un repertorio con contenidos principalmente financiados por el Fondo de fomento a la calidad del CNTV o con fondos propios, desde criterios etarios específicos y en algunos casos como apoyo al contenido curricular y con desarrollo de guías de uso es esencial, pero no el único. Están todos los otros programas financiados por este fondo desde 1993 cuando entró en operación, cuyo objetivo fue aumentar la producción nacional de calidad”, explica Rayén Condeza.
La televisión “sigue siendo nuestra gran contadora de historias, un lugar de encuentro simbólico, que contribuye a generar procesos de opinión pública, imaginarios sociales y de educación ciudadana” - Rayén Condeza, académica Comunicaciones.
Asimismo, los canales cuentan con documentales y reportajes en archivo, en distintos ámbitos de la cultura, ciencia y tecnología, que pueden ser transmitidos nuevamente. Como también se puede recurrir a la cooperación internacional para obtener contenido infantil de calidad, así como para otros públicos.
Por otra parte, si bien se están realizando todos los esfuerzos, al no ser una señal de tv abierta, hay problemas de cobertura. Para acceder a la señal digital por televisión se debe contar con un decodificador, incluido en los televisores adquiridos a partir de 2010 o instalar una antena receptora. También se puede acceder por internet, pero en Chile más de 600 localidades aún no cuentan con acceso.
“La realidad de la pandemia ha desnudado otras brechas que no habíamos visto, como lo son las brechas digitales”, afirma Ernesto Treviño. De esta manera, se estarían replicando las mismas desigualdades existentes en el sistema educacional.
“La realidad de la pandemia ha desnudado otras brechas que no habíamos visto, como lo son las brechas digitales” - Ernesto Treviño, académico Educación y director Centre UC.
Un proyecto a largo plazo
“Contar con una televisión educativa de carácter público sería fundamental para apoyar el trabajo de las escuelas y familias que tienen menos acceso a la cultura, los libros y también a Internet; son por ende las que tienen mayores carencias”, expresa Ernesto Treviño.
“Creer que la educación a distancia se limita a empaquetar y transmitir contenidos a través de internet o la televisión educativa, a un profesor en cámara, remite a un concepto casi caricaturesco de lo que es educar. En lo esencial, es formar personas sensibles, que sepan convivir, crear, imaginar, reflexionar, cooperar, hacerse preguntas, innovar, entre otros”, afirma Rayén Condeza.
Por eso, como asevera la académica, “a mediano y largo plazo está el desafío de asegurar la continuidad de la iniciativa, de manera planificada y con anticipación a lo que ocurrió ahora”. Y añade que se requiere, en paralelo, un diálogo con los objetivos del ministerio de Educación, para que progresivamente la grilla de programación responda a objetivos de aprendizaje y al desarrollo de competencias.
Experiencias exitosas de tv pública educativa en el mundo hay varias, siendo la BBC el ejemplo por excelencia. A través de esta es posible transmitir contenidos que busquen no solo apoyar el currículo escolar. También, que estén alineados con el fomento de otros objetivos, como el deporte y la vida saludable, que invite a reflexionar sobre las grandes preguntas de nuestro tiempo, que dé cuenta de la diversidad y dinámicas socioculturales, o que apoye la educación contra los distintos tipos de violencia (leer entrevista a Rayén Condeza)
Los efectos de la pandemia en la educación escolar
“¡No quiero ir al colegio!” ¿Cuántas veces hemos escuchado a los niños decir esto? Probablemente nosotros mismos lo dijimos más de alguna vez en nuestra etapa escolar. Pero este deseo puede producir varios efectos negativos en un plazo prolongado.
“Lo más difícil es la desconexión que han experimentado los niños con su lugar de pertenencia: la escuela. Esta tiene una dimensión social, donde los estudiantes son cuidados, reciben contenidos, apoyo socio-emocional e incluso en muchos casos, alimentación”, explica Magdalena Claro, académica de la Facultad de Educación e investigadora del Centro UC de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación, CEPPE.
Los estudiantes muchas veces no tienen las condiciones más adecuadas para su bienestar y aprendizaje en sus hogares. Algunos deben pasar mucho tiempo solos porque sus padres deben acudir a sus trabajos o deben realizar jornadas de teletrabajo extendidas, no cuentan con un espacio adecuado o no tienen acceso a las herramientas de aprendizaje. A esto se suman otras problemáticas, como situaciones de abuso o maltrato infantil. Todo esto repercute en el bienestar emocional. En Chile, cerca de 30% de los niños, niñas y adolescentes sufre algún tipo de trastorno mental (De La Barra, Vicente, Saldivia, & Melipillán, 2012). “Es una de las tasas más altas del mundo”, dice Ernesto Treviño.
“Lo más difícil es la desconexión que han experimentado los niños con su lugar de pertenencia: la escuela" - Magdalena Claro, académica de Educación.
En este contexto, la educación escolar es uno de los temas que se están abordando dentro de la “Mesa social Covid-19 UC”, iniciativa liderada por la UC en conjunto con la Universidad de Chile y otras instituciones de educación, para aportar a la política de Gobierno para enfrentar la Pandemia.
Dentro de la mesa de “Interdisciplina”, se conformó un grupo de educación, coordinado por Magdalena Claro, por parte de la Universidad Católica, y Alejandra Mizala, de la Universidad de Chile, e integrado por académicos de distintas casas de estudio. Su objetivo es presentar recomendaciones para enfrentar este tiempo de crisis y especialmente, el regreso a clases en la “nueva normalidad”, las que fueron presentadas en el informe "Propuestas Educación. Trabajo interuniversitario Mesa Social 3B Covid 19".
El principal foco de estas propuestas es el bienestar socioemocional de las familias, los estudiantes y docentes. “Es esencial ver cómo llegan los estudiantes después de vivir una situación límite de este tipo. Nuestra principal preocupación es la dimensión emocional. En la casa se dan situaciones y dinámicas que no siempre son las más sanas”, explica Magdalena Claro.
Es por esto que, entre las recomendaciones del equipo están realizar un diagnóstico nacional respecto de las condiciones económica, y de salud mental y física de las comunidades educativas y las familias. Así como también establecer un sistema de comunicación permanente con las familias, y entre profesores y sus estudiantes.
Un aspecto importante es fortalecer y capacitar a los equipos psicopedagógicos y docentes en problemáticas específicas asociadas a la pandemia. “Todos los docentes debieran retomar considerando que vivimos una experiencia fuerte, considerando estrategias de contención”, dice Magdalena.
Otro punto tiene que ver con reducir la presión que tienen las escuelas. Por ejemplo, recalendizar las evaluaciones, como el Simce y la evaluación docente, y flexibilizar el sistema de financiamiento escolar y el uso de los recursos, entre otros.
Ajuste curricular y educación remota
La señal educativa y demás herramientas “online” son un buen apoyo en este tiempo, y se pueden pensar como un complemento muy útil para el futuro. Pero no es posible homologar la experiencia escolar remota con la presencial y sin duda, un efecto de la crisis será la disminución de la cobertura curricular contemplada en tiempos normales.
Es por esto que el equipo recomienda un conjunto de criterios para el ajuste curricular, orientándose a priorizar objetivos de aprendizaje nucleares, presentes en los planes y programas de estudio de cada nivel y asignatura. Este ajuste debiese contemplar tres aspectos: el bienestar socioemocional de los estudiantes, la posibilidad de reorganizar los contenidos al siguiente año escolar y privilegiar el principio pedagógico según el cual la educación consiste en conectar con la vida misma, la experiencia vital y sus implicancias futuras.
Ese principio supone re-mirar selectivamente el currículo actual a la luz de la crisis para seleccionar objetivos de aprendizaje, actividades y repertorios evaluativos que empujen a los estudiantes a pensar y aprender críticamente de la crisis sanitaria, económica, social y humanitaria que atravesamos.
Finalmente, las recomendaciones de este equipo tienen que ver con el apoyo de las alternativas de aprendizaje remoto. Entre ellas están: conocer las medidas que están tomando las comunidades escolares para organizar el trabajo escolar a distancia, vincular la estrategia de televisión educativa con los aprendizajes escolares más importantes, invertir en conectividad y accesos a dispositivos para la educación, orientar respecto de cómo utilizar los recursos educativos, y establecer redes de colaboración y formación continua a docentes en estrategias de enseñanza remota.