La Triada, una plataforma para enfrentar problemas y desafíos comunes en América Latina
Las tres universidades que conforman esta alianza pretenden sumar esfuerzos, generar sinergias y contar con una presencia más nítida en la sociedad. “La educación es el factor clave y el impulso principal del desarrollo y la equidad. Es el mayor pilar de una movilidad social sostenible, tema pendiente en nuestra región”, sostuvo el rector.
Desde hace ya varios meses, se ha consolidado una alianza específica, -llamada La Tríada-, entre la Universidad de Los Andes de Colombia, la Pontificia Universidad Católica de Chile y el Tecnológico de Monterrey de México, para trabajar en conjunto en ampliar la fuerza y el impacto de la colaboración internacional de nuestras instituciones. De esta forma, tres destacadas universidades de compromiso público, no estatales de la región, plantean proyectos comunes en diferentes áreas de las ciencias, humanidades y artes. Respecto de esta alianza, el rector Ignacio Sánchez apunta en una columna que publicó La Segunda este 30 de diciembre, que esto se orienta a enfrentar problemas y desafíos que compartimos en América Latina.
“Las oportunidades de desarrollo de nuestra región representan un llamado a las universidades a jugar un papel más decisivo en la formación de liderazgos y en el diseño y puesta en práctica de políticas públicas que contribuyan al desarrollo equitativo y sostenible de nuestras comunidades y naciones. Nuestras universidades representan plataformas para desarrollar propuestas y soluciones a los problemas acuciantes de la sociedad”, señaló. Para el rector Sánchez, una sociedad se distingue primordialmente por la calidad de su integración y convivencia, siendo los pilares de su cohesión y de su pacto social la educación, inclusión, solidaridad, aprecio de la diversidad, cultura de la calidad y el mérito, la conciencia de nación, la responsabilidad y el buen ejercicio de la ciudadanía, entre otros.
La educación es el factor clave y el impulso principal del desarrollo y la equidad. “Es el mayor pilar de una movilidad social sostenible, tema pendiente en nuestra región. Una sociedad del conocimiento, con desigualdad en el acceso a la educación, se requiere trabajar en conjunto para comprender la situación particular de nuestros países y lograr así superar las barreras que nos imponen las estructuras sociales de cada comunidad”, apuntó Sánchez.
Agregó que nuestro progreso en América Latina exige universidades de excelencia, comprometidas con el desarrollo de políticas públicas que permitan un desarrollo armónico. La región representa el 9% de la población mundial y, sin embargo hay escasas universidades que se acercan a los primeros 100 lugares de calidad en los diferentes rankings y mediciones internacionales, las que se concentran en sólo cuatro países.
“Creemos que la mejor forma de abordar los desafíos y oportunidades que se presentan en los países de la región es mediante la conformación de este tipo de alianzas, que permite compartir las mejores prácticas, sumar esfuerzos, generar sinergias y contar con una presencia más nítida en la sociedad”, afirmó. Además de la colaboración en áreas de docencia, investigación, creación y transferencia de nuevo conocimiento, “la permanente apertura a evaluar temas de impacto público nos permitirá desarrollar posiciones conjuntas en temas cruciales para América Latina”, concluyó el rector.