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Monseñor Cristián Roncagliolo y su nueva etapa en la UC como capellán general


Este viernes, monseñor Cristián Roncagliolo dejó sus funciones como Vice Gran Canciller, para asumir como obispo auxiliar de Santiago y como capellán mayor de la universidad. A continuación el extracto de una entrevista que será publicada en la edición de junio del diario Visión UC donde el obispo hace un balance de estos años.

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photo_camera Karina Fuenzalida

Sorpresa le causó tanto su nombramiento como Vice Gran Canciller de la UC en el 2011 como el de obispo auxiliar de Santiago seis años más tarde. Lo primero, porque se imaginaba que el cargo era para personas más formales, ordenadas y “de oficina” de lo que él se consideraba a sí mismo. Y lo segundo porque no se esperaba dicha responsabilidad, en parte por las mismas razones. Monseñor Roncagliolo (47) ha destacado por su trato cercano con miembros de los distintos estamentos de la universidad, sobre todo con el alumnado. Misiones, trabajos de invierno y su día a día en las actividades pastorales de la universidad, le han permitido compartir con una gran cantidad de estudiantes que, en su mayoría, lo siguen tratando de “padre Cristián”. 

Probablemente el Arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzatti, tuvo esto en consideración cuando le pidió que asumiera como vicario de la Esperanza Joven y como capellán general de la UC, del Duoc y de la Pastoral universitaria de la diócesis, además de mantener sus funciones como académico de la Facultad de Teología UC. 

De esta forma, monseñor Cristián Roncagliolo seguirá vinculado a su casa de estudios en una relación que partió hace casi 30 años, cuando comenzó sus estudios en la Facultad de Derecho, esos que interrumpió a los tres años de carrera por un llamado que ya en ese entonces sentía hacia la vida religiosa. 

El 26 de mayo dejó formalmente el cargo de Vice Gran Canciller, ¿qué va a extrañar de este trabajo?

Muchas cosas, pero sin duda lo que más voy a extrañar es el contacto diario con tantas personas que a uno lo edifican, no sólo porque sean competentes académicamente o buenos funcionarios, sino por la calidad humana que hace que esta universidad sea lo que es. Esta es una institución de lujo cuya mayor riqueza son las personas. También voy a extrañar el contacto más cotidiano con la vida pastoral universitaria.

¿Cómo fue llegar a la universidad en un momento tan complicado?

Era un contexto muy duro para la Iglesia y para el país, de marchas periódicas y movilizaciones muy masivas, donde había una efervescencia social muy profunda dentro y fuera de la universidad. Veía la tensión ambiental, con muchas de las unidades de la universidad en paro y también veía los problemas de la Iglesia, pero en ese momento me capturaba más la problemática social y cultural del país. 

Lea la entrevista completa en la próxima edición de Visión UC.

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Nombramiento como obispo auxiliar

 


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