Monseñor Fernando Chomali: «Me propongo hacer dialogar todas las instancias de la Iglesia»
El exarzobispo de Concepción vuelve a la capital como máxima autoridad de la Iglesia y la UC tras ser nombrado arzobispo de Santiago por el Papa Francisco. La siguiente es una entrevista publicada en la última edición de Visión UC, el periódico de la comunidad universitaria.
Hablar de Dios a tiempo y a destiempo. Ese es uno de los objetivos del nuevo arzobispo de Santiago y gran canciller de la Universidad Católica, monseñor Fernando Chomali (66). Ingeniero civil de la UC –egresó en 1981–, ingresó al Seminario Pontificio Mayor de Santiago en 1984 y fue ordenado sacerdote en 1991. Continuó sus estudios en teología moral en la Academia Alfonsiana, de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma y, posteriormente, en 1994, obtuvo el grado de doctor en Sagrada Teología de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. El año 1999 obtuvo el máster en bioética en el Instituto Juan Pablo II.
En 2006 el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de Santiago, y luego, en 2011, arzobispo de Concepción.
—¿Cómo lo tomó el anuncio de este nuevo ministerio episcopal?
—«Lo tomé con la confianza que nos regala la fe que nos dice que ‘si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles’. Lo tomo también como una gran posibilidad de servir en los ámbitos que le son propios al arzobispo. Comprendí con mucha fuerza la importancia de rezar para recibir los dones del Espíritu Santo que tanto los necesitamos hoy, y también con un entusiasmo muy grande por anunciar el Evangelio».
—¿Qué desafíos tiene como arzobispo y gran canciller de la UC?
—«Toda misión pastoral es un desafío. Mi primer desafío es escuchar mucho el sentir del pueblo de Dios en sus más vastas expresiones. Dejé Santiago hace 12 años y ha cambiado mucho en todos los aspectos de la vida. También tengo el desafío de conservar la llama de la fe encendida, generar un profundo deseo de seguir a Jesús en todos los ámbitos de la vida de la arquidiócesis y de la universidad en cuanto forma parte de ella. También me propongo unir, vincular, hacer dialogar todas las instancias de Iglesia. La unidad, la comunión y la participación hará que la Iglesia sea una voz creíble en la sociedad».
«Las universidades católicas tienen una gran relevancia en cuanto ser transmisora del conocimiento y de integrar la técnica, con la ética y la estética en la fascinante aventura de conocer la verdad y hacerla propia» - Monseñor Fernando Chomali, gran canciller UC
—¿El Papa Francisco le pidió algo especial?
—«El Papa Francisco está pidiendo hace tiempo a todos los católicos que llevemos una vida coherente, con mucha profundidad espiritual y muy centrada en Jesucristo y siempre con una mirada de predilección por los más pobres. El Papa nos invita a reconocer como un pueblo interconectados que nos necesitamos mutuamente y con una especial preocupación por el medio ambiente. Y nos invita una y otra vez a ser fuente de alegría y humildes obreros en la viña del Señor, sin autoritarismos».
—¿Qué será lo más difícil?
—«Lo más difícil será hacerme un juicio adecuado de la realidad sin prejuicios de ninguna especie. A partir del conocimiento de la realidad ser siempre justo en las decisiones y después de un discernimiento evangélico».
—Según la Encuesta Nacional Bicentenario UC 2022, la cantidad de católicos en Chile va disminuyendo... ¿Qué análisis hace de esto?
—«Es un fenómeno que se comprende muy bien al constatar que los padres no son transmisores de la fe en sus hogares y la fe no se transmite por osmosis cultural. Pero, por otro lado, apreciamos que quienes no se declaran católicos quieren ir a nuestros colegios y universidades, ellos son destinatarios de la inmensa obra social que desarrolla la Iglesia y muchos van a Lo Vásquez el 8 de diciembre o a Yumbel el 20 de enero y 20 de marzo. Es, por así decirlo ‘un no católico a su manera’. El espíritu religioso
está y yo me quedo con eso.
—¿Qué se puede hacer para aumentar el número de católicos en una sociedad tan desconfiada de las instituciones?
—«Lo único que se puede hacer es seguir el ejemplo de Jesús que no hizo alarde de su condición divina, se hizo uno de tantos en todo menos en el pecado y se dedicó a servir. Lo único que vale es el servicio y por supuesto alejarse absolutamente de los eventos y estrategias de marketing para aumentar el número de católicos. La Iglesia no hace proselitismo y espero estar lejos de aquello».
—¿Qué rol le compete a las universidades católicas?
—«Las universidades católicas tienen una gran relevancia en cuanto ser transmisora del conocimiento y de integrar la técnica, con la ética y la estética en la fascinante aventura de conocer la verdad y hacerla propia. Por otro lado, está llamada a integrar la fe y la razón como las dos alas del espíritu humano en búsqueda de la verdad que alcanza su máxima expresión en Jesucristo. Las universidades católicas están llamadas a evangelizar desde el campo que le es propio, desde la mirada amplia y generosa que
entrega la teología».
Estudiante y profesor
—Usted será el nuevo gran canciller de la UC, su alma máter. ¿Hace cuánto que no regresaba acá?
—«Siempre he estado ligado a la UC. Primero como alumno en Ingeniería, luego como profesor en las facultades de Medicina, Teología e Ingeniería en el campo de la ética».
—Entre sus funciones como gran canciller está la de liderar las actividades pastorales. ¿Qué mensaje les daría a los miles de estudiantes de la UC?
—«El primer mensaje que le quiero dar a los alumnos es que saquen a la luz todos los dones, destrezas, pericias y habilidades que tienen y que no se conformen con pasar los cursos. Que vean la universidad como un campo maravilloso para integrar el saber científico con el saber de las humanidades y el arte. Que vean el estudio como una gran y única posibilidad de servir a los demás y que valoren la dimensión de fe de la universidad como una preciosa oportunidad de ingresar al misterio de sus propias vidas y les den un horizonte decisivo hacia la verdad, el bien y la belleza. Les diría, también, que no vean la fe como un agregado a sus estudios, sino que el fundamento de sus vidas y la fuente de una auténtica libertad. Les diría que estudien mucho para que sirvan mejor».