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Nicanor Parra y el diálogo virtuoso entre Física, Poesía y Matemáticas


A un año de su muerte, el Premio Nacional Rafael Benguria resume en esta columna (publicada en Revista Universitaria) la perspectiva menos citada del antipoeta. La influencia de la Física en sus letras enriqueció su legado, tal como ocurrió en el caso de otros relevantes autores de la historia que se destacan en el texto. Además, esta disciplina se manifestó en algunos de los pasajes de un trabajo que marcó para siempre su estilo: Artefactos. Con este se convirtió en el pionero de un nuevo cruce entre Literatura y Artes Visuales.

Contrario a lo que el común de la gente pudiera esperar, la Poesía, la Física y las Matemáticas han tenido una larga historia en común. Los tres poetas más famosos que se preocuparon de la Física fueron Lucrecio, Dante, y Goethe. El poeta latino Lucrecio, en su “De rerum naturam” (es decir, “Sobre la naturaleza de las cosas”) es un fuerte impulsor del atomismo griego. El Dante en su Divina comedia hace referencia en forma magistral al campo gravitatorio, y Goethe se preocupó en sus poemas de distintos problemas de la Física.

Por otra parte, ha habido famosos científicos que han usado la poesía para expresar sus sentimientos. Uno de los mayores ejemplos fue J.C. Maxwell, a quien debemos gran parte del desarrollo de la Física del siglo XIX. Otros han cultivado en forma conjunta las Letras y las Matemáticas. Tal vez el más destacado ejemplo es Charles L. Dodgson (Lewis Carroll), autor de Alicia en el país de las maravillas. Chile no podía ser ajeno a esta rica interacción interdisciplinaria.

A raíz del fallecimiento de Nicanor Parra (1914- 2018), muchos medios de todo el mundo destacaron que el poeta era físico y matemático. La verdad es que en el caso de Nicanor, lo suyo era la poesía. Pero tempranamente se recibió de profesor de Estado en Física y Matemáticas en la Universidad de Chile (a cuya actividad se refiere en la primera estrofa de su Autorretrato). Luego, realizó por un tiempo estudios de postgrado en Física en las universidades de Brown y de Oxford (las que más tarde le dieron el Doctorado en Literatura Honoris Causa) y fue profesor de Mecánica Racional.

Esta relación de Nicanor con la Física se trasluce en varios de sus poemas. Por ejemplo, en “Vicios del Mundo Moderno”, de la colección de Poemas y Antipoemas, Nicanor incluye entre los vicios: “(...) La desintegración del átomo, El humorismo sangriento de la teoría de la relatividad (...)”.

Por supuesto, Nicanor también se destaca por sus Artefactos. Los Artefactos que, en cierto modo, mezclan Artes Visuales y Poesía, han sido desarrollados por líricos contemporáneos. “El poema de la cola de un ratón”, de Lewis Carroll, en el que usa un largo arreglo de palabras que visualmente parece una cola de ratón; o el “Triángulo armónico” de Vicente Huidobro, son ejemplos de artefactos. Y también en los de Parra se trasluce su formación de Físico.

Quizás el más representativo es el “Demonio de Newton” que parece una clase de mecánica sobre equilibrio estático, y que parafrasea el famoso demonio de Maxwell introducido por el físico famoso para ilustrar la violación de la segunda Ley de la Termodinámica. Aquí "demonio" está usado no en el sentido de Satanás, sino como el de una creatura que puede cambiar el curso natural de las cosas (también daemon en inglés).

¿No les parece que en ese mismo sentido la antipoesía es el demonio de Parra?

Vea el artículo completo en Revista Universitaria N°148, "El diálogo virtuoso".


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