Niños luchan contra la sequía: Conoce el trabajo de la UC y Un Alto en el Desierto en diversos colegios del país
Primero tomaron conciencia sobre la importancia del agua, luego desarrollaron métodos para reciclarla y racionalizarla. Recientemente, niños de diversos colegios del país, concentrados en la provincia del Limarí, aplicaron el aprendizaje y desarrollaron proyectos útiles para sus comunidades. Esta es la labor que año a año apoya la UC, a través del Instituto de Geografía y la fundación Un Alto en el Desierto.
Ovalle, provincia de Limarí, es una de las más afectadas a nivel nacional por la sequía. En esta zona se concentran los colegios que participan cada año en la primera red de cosechadores y recicladores de agua en Chile. Apoyados por el Instituto de Geografía UC y la fundación Un Alto en el Desierto, niños de diferentes edades protagonizan iniciativas que buscan combatir la escasez hídrica.
Cada año, los estudiantes que realizan estos proyectos dan a conocer el resultado de sus ideas en un encuentro que reúne a las escuelas que forman parte de esta instancia. “Al comienzo aprendían sobre la conciencia del agua, luego exploraban las maneras en que la podían reciclar o racionalizarla y ahora están en la etapa de aplicación, es decir, qué hacer con esa agua”, explicó el académico de Geografía, Rafael Sánchez.
Este proyecto no sólo ha impactado a esta provincia, sino que también cuenta con experiencias en las localidades de Punitaqui y Paine. En el último encuentro de esta red, los alumnos presentaron diversas estrategias de aplicación de sus conocimientos y creatividad.
Daniel Rojas, presidente de Un Alto en el Desierto, señaló que todo comenzó “con un grupo de cuatro a cinco escuelas unidocentes rurales. Posteriormente, en conjunto con la UC se creó una alianza y nace el proyecto Un Alto en el Desierto propiamente tal”.
Tal como en encuentros anteriores, el último seminario de la red contó con disertaciones y exposiciones de los niños, quienes elaboraron posters explicativos. Agustín Acuña, estudiante de la escuela La Araucana de Huallinga, por ejemplo, relató que en el caso de su comunidad educativa, primero cosecharon aguas grises y aguas lluvias para tener un jardín. “Con el tiempo cosechamos paltas, limones, nísperos y damascos. Ahora todo está más verde”.
Por su parte, Teresita Zarricueta, estudiante de escuela El Guindo relató que en su colegio hicieron jabones y cremas de aloe vera. “Cosechamos aguas grises el primer año y las regamos. Después, al aloe vera madre le sacamos los hijos y acondicionamos el área para poder trasplantarlas en áreas nuevas”.
Otra de las ideas que se presentó en el último encuentro de la red fue un filtro de agua de Liceo Politécnico de Ovalle. Joseph Olmos, estudiante y parte de la iniciativa, explicó que con esta herramienta buscaron “reutilizar aguas grises”. Planos a gran escala y con amplios detalles fueron presentados por el grupo de Olmos.
Las experiencias que se desarrollan en estos colegios no sólo han sido compartidas en contextos académicos, sino también gubernamentales como el Senado. La precursora de este proyecto en la UC fue la académica de Geografía, Pilar Cereceda.