Observatorio de Equidad de Género: ¿cuánto hemos avanzado?
La UC ha ido implementando una serie de medidas para alcanzar una comunidad universitaria más equitativa. Para saber cómo vamos, la Dirección de Equidad de Género presenta un espacio de monitoreo y análisis de información, para medir indicadores que den cuenta de su efectividad que fue creado en 2021 y que ya cuenta con data que permitirá orientar su avance y que dio fruto a su primer boletín de resultados.
A poco andar del año 2019, la UC adoptó una importante medida: el Honorable Consejo Superior aprobó por unanimidad la creación de la Dirección de Equidad de Género, una de las seis propuestas que entonces presentó la Comisión Mujer y Academia II. Con ello, se comenzó un arduo trabajo, bajo el compromiso de sacar adelante este ideal: hacer de la UC una universidad más equitativa.
En ese contexto, en 2021 se crea el Observatorio de Equidad de Género, cuyo objetivo es monitorear la implementación y funcionamiento de diversas medidas que colaboren en este camino de alcanzar la equidad de género en la UC. Así como también, avanzar “Hacia la equidad de género en órganos directivos de la Educación Superior”, iniciativa impulsada por el Ministerio de Educación durante el 2019 a la que suscribió nuestra Universidad y que se alinea a criterios de evaluación de calidad de la CNA y al Plan de Desarrollo 2020 – 2025 de la UC, en términos de generar acciones de equidad, inclusivas y promotoras de diversidad para la comunidad universitaria.
“La principal misión de este observatorio es monitorear y sistematizar información relevante para el cumplimiento de los tres focos estratégicos de la Dirección de Equidad de Género UC: 1. El aumento de la participación de las mujeres en la planta académica y en los cargos de toma de decisión y el avance de sus trayectorias académicas; 2. la incorporación del principio de la equidad de género en el proyecto educativo; y 3. favorecer la conciliación entre el trabajo, y la vida personal y familiar, junto con promover la corresponsabilidad en la comunidad académica UC”, explica Silvana Zanlungo, directora de Equidad de Género.
La directora enfatiza que resulta fundamental contar con data respecto a este tema, para tomar decisiones informadas y atingentes a la realidad. “Los procesos de cambio en esta materia son paulatinos, toman tiempo, por lo tanto tener una perspectiva longitudinal y el levantamiento de data sistemática, es fundamental para visibilizar avances y fomentar la sensibilización en esta materia”, afirma.
El Observatorio de Equidad de Género ha logrado recabar y analizar información importante que ha permitido desarrollar su primer boletín, que contó con el apoyo clave de otras unidades en el proceso de recopilación de información: la Dirección de Análisis Institucional y Planificación, la Dirección de Desarrollo Académico, la Dirección de Personas, el Centro de Desarrollo Docente y la Dirección de Investigación.
Así, este informe de periodicidad semestral busca “visibilizar diversos indicadores relacionados con el esfuerzo por avanzar en equidad de género. Es un buen barómetro para saber cuánto hemos avanzado en ciertas áreas y dónde hay desafíos pendientes relevantes”, comenta el vicerrector Académico, Fernando Purcell.
“La idea es ir mostrando la Universidad desde distintos ángulos y por eso la Dirección de Equidad de Género mantiene un trabajo colaborativo y permanente con otras unidades de la Universidad, para levantar datos y poder mostrarlos, porque este es un desafío que sobrepasa el mundo estrictamente académico con creces”, agrega.
“Los procesos de cambio en esta materia son paulatinos, toman tiempo, por lo tanto tener una perspectiva longitudinal y el levantamiento de data sistemática, es fundamental para visibilizar avances y fomentar la sensibilización en esta materia” - Silvana Zanlungo, directora Equidad de Género de la UC.
El camino recorrido
A cuatro años desde la implementación de la Dirección de Equidad de Género, han ocurrido cambios al interior de la Comunidad UC. Se han desarrollado diversas iniciativas que buscan aportar a la equidad de género de manera transversal, tales como la disposición de recursos que dieron paso a la implementación de un concurso interno de apoyo a la docencia o investigación, dirigido a académicos o académicas que realizan labores activas de cuidado; la Guía de apoyo a procesos de reclutamiento, selección y contrataciones académicas sin sesgos de género al interior de la UC; la adquisición de bibliografía para relevar la producción académica de las mujeres; o el establecimiento de alianzas universitarias para compartir aprendizajes, buenas prácticas, desafíos e información y, con ello, conocer el avance de la temática en el país y/o región.
Es interesante observar que las cifras del año 2022 dan cuenta del importante aumento de participación femenina en la comunidad estudiantil a lo largo del tiempo, representando más del 50% en todas las áreas del conocimiento, siendo las carreras ligadas a las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) las que tienen una menor participación. Este avance se condice con la implementación de vías de admisión especial de mujeres en Teología (desde el 2021) y Mujeres en Ciencias (desde el 2022), que tienen como finalidad -precisamente- disminuir las brechas de participación femenina en aquellas disciplinas donde se evidencian mayores diferencias de participación de género.
“Se trata de un trabajo conjunto con diferentes unidades académicas, las que se han sumado a esta visión y convicción de que una universidad más equitativa y diversa es una mejor universidad. Y, por ello, es fundamental avanzar en materia de equidad en admisión de género como ya lo hizo Teología y a través de la admisión especial para mujeres en ciencias, en las carreras de Astronomía, Física, Estadística y Matemática en 2022, y la incorporación en 2023 de la licenciatura en Ingeniería en Ciencia de Datos y en Ciencia de la Computación, y Agronomía y Ciencias Naturales. Esperamos que todas las carreras puedan implementar acciones como éstas, con miras a fortalecer la equidad de género al interior de la UC”, expresa Juan Echeverría, director de Admisión y Financiamiento Estudiantil.
En el cuerpo académico, en tanto, si bien se observan brechas de género que se notan también en la participación en cargos de autoridad, junto con el desarrollo de investigación realizada por mujeres, se visualiza un paulatino aumento de participación femenina junto con una mayor sensibilización en la comunidad UC en relación a estos temas.
A nivel país también han ocurrido cambios importantes, destinándose recursos para avanzar en estas materias. Desde el Ministerio de Educación, por ejemplo, en 2020 se incorporaron la Igualdad y Equidad de Género dentro de las áreas de desarrollo estratégico de los Fondos de Desarrollo Institucional (FDI), mientras que el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación lanzó en 2021 los Fondos de Innovación en Educación Superior en Género (InES Género). La UC se adjudicó un proyecto en ambos casos.
En el marco de la implementación del Proyecto FDI: “Formación Universitaria y Equidad de Género: Un desafío para sensibilizar e integrar el enfoque de género en la cultura de la comunidad UC”, se inició la elaboración de una Política de corresponsabilidad y bienestar universitario, trabajo realizado en conjunto con las universidades pertenecientes a La Tríada, las cuales han desarrollado una serie de directrices que verán la luz en el transcurso de este año.
En tanto, el proyecto InES INGE210011 “Hacia la institucionalización de la equidad de género en I+D+i+e en la Pontificia Universidad Católica de Chile” busca articular un camino conjunto entre las vicerrectorías de Investigación y Académica que permita la transversalización de temáticas de género en el ámbito de la I+D+i+e. Con su implementación se espera generar acciones que disminuyan las barreras históricas, estructurales, culturales y sociales, así como también, que permita la participación y desarrollo pleno de las investigadoras, y su aporte como creadoras de conocimiento y la transferencia de éste.
“La idea es ir mostrando la Universidad desde distintos ángulos y por eso la Dirección de Equidad de Género mantiene un trabajo colaborativo y permanente con otras unidades de la Universidad, para levantar datos y poder mostrarlos, porque este es un desafío que sobrepasa el mundo estrictamente académico con creces” - Fernando Purcell, vicerrector Académico de la UC.
Avances transversales para alcanzar la equidad de género
La pandemia por COVID-19 fue un factor que vino a mostrarnos de golpe una realidad que estaba más bien invisibilizada: la carga emocional y física que significan las labores de corresponsabilidad y de cuidado que deben sobrellevarse junto con la actividad laboral cotidiana. De ahí que en 2020, la Dirección de Equidad de Género y la Dirección de Desarrollo Académico realizaron la Encuesta de trabajo remoto en contexto de pandemia a la planta académica UC, con el objetivo de establecer un diagnóstico de las experiencias académicas frente a este panorama y orientar el desarrollo de mecanismos de apoyo y acompañamiento para profesores y profesoras.
“Esta medición arrojó, entre otros puntos, una muy positiva evaluación general respecto de la implementación del trabajo remoto, con un 83% que lo califica como bueno o muy bueno. Sin embargo, esta percepción disminuye en el grupo de académicos y académicas que tienen hijos o hijas entre 0 y 5 años, lo que se refleja también en la percepción de beneficios y dificultades asociadas a la pandemia”, explica Nicole Segura, coordinadora del Observatorio de Equidad de Género.
Agrega que se visualizaron diferencias de género en la experiencia del trabajo remoto durante la pandemia, principalmente debido al tiempo de dedicación a sus labores académicas, en parte explicada por la percepción de distribución inequitativa del trabajo doméstico por parte de las mujeres, lo que se traduciría en una mayor consulta de salud física o mental en ellas. Finalmente, surgieron grupos de especial cuidado respecto a mitigar efectos negativos del trabajo remoto, como las mujeres, académicos y académicas con hijas o hijos pequeños y quienes inician su carrera docente.
“A partir de este diagnóstico y en la línea con la promoción de la equidad de género, que es una de nuestras directrices de trabajo, continuamos con nuestra misión de concientizar a la comunidad universitaria respecto de la importancia del autocuidado y cómo la UC está implementando acciones que impacten en la calidad de vida de quienes forman parte de su comunidad”, afirma Pilar Bontá, jefa de Equidad de Género.
Así, se elaboraron dos documentos: “Recomendaciones para resguardar la conciliación entre la vida académica y la vida personal-familiar” y “Construyendo relaciones corresponsables en la UC”. El primero de ellos busca aportar a visibilizar la realidad del cuerpo académico UC respecto a la conciliación entre la vida personal/familiar y la académica, y entregar recomendaciones clave para ello. El segundo trabajo, en tanto, tuvo como foco sensibilizar a la comunidad sobre la importancia que tiene la distribución equitativa de labores, propiciando que hombres y mujeres puedan desarrollarse de manera plena y sin barreras ni prejuicios que mermen sus potencialidades.
A lo anterior se suma una serie de acciones de capacitación en estas materias que se encuentran en desarrollo. Entre ellas, una serie de Talleres para estudiantes de Pregrado y Postgrado, un Curso para Funcionarios y Funcionarias y un Curso para Docentes UC. Este último busca integrar estas temáticas en la docencia, logrando capacitar a cerca de 300 docentes a 3 años de su implementación. A ello se suma un Programa de Mentorías desarrollado en conjunto con la Dirección de Desarrollo Académico, dirigido a aquellos profesores y profesoras que se encuentran comenzando su carrera académica, además de capacitaciones y asesorías a miembros de comisiones asesoras de decanos y decanas.
¿Falta mucho por hacer? “Sin duda, nos queda mucho camino por recorrer, pero tenemos la convicción de que cada pequeño paso que damos para alcanzar la equidad de género es un avance importante que contribuye en la igualdad de oportunidades y en mejorar la calidad de vida de todos y todas quienes integramos esta comunidad universitaria y también a quienes vendrán”, concluye Silvana Zanlungo.