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Plataforma rescata catálogo de la editorial nacional Quimantú


"Sol del saber" es el proyecto de investigación de Pedro Álvarez y el artista Carlos Montes de Oca. La iniciativa, que cuenta con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, tiene por objetivo poner en valor el catálogo completo de la antigua editorial popular.

Collage con las revistas de la antigua editorial Quimantú.

photo_camera Sol del Saber es una plataforma que a partir del examen de las divisiones de la Editora Nacional Quimantú, ofrece una muestra de su catálogo editorial por líneas temáticas y colecciones. En la imagen, collage de sus antiguas revistas.

Sol del saber, repositorio digital que tiene por objetivo poner en valor el catálogo completo de la Editora Nacional Quimantú, ya está en línea.

La plataforma, que contó con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, es un proyecto de investigación del académico Pedro Álvarez y el artista Carlos Montes de Oca. En él se da cuenta de tres divisiones de esta editorial donde "se desarrollaron las colecciones que definieron las líneas temáticas de los libros, manuales y revistas que salieron a circulación bajo el sello Quimantú”, sostiene el portal. 

Revista Paloma, Telecran, Estadio, o libros como "El chiflón del diablo", de Baldomero Lillo, o "El llamado de la selva", de Jack London, fueron algunos de los productos típicos de esta empresa estatal que surgió en un período especial de la historia chilena: la llamada Unidad Popular bajo el gobierno de Salvador Allende. Bajo ese contexto, la editorial apuntó a la construcción de una “nueva cultura” para incluir también a las clases más populares. "Algo inédito, ya que estas habían estado excluidas del radio de las editoriales chilenas: no eran sujetos de consumo de cultura", sostiene Pedro Álvarez, y continúa:

"Con Quimantú se abrió esta puerta, producto de la venta de libros a bajo costo que también podían comprarse en los kioskos, ya que en los sectores de menores ingresos no existían ni existen librerías. Además, se obsequiaban en centros comunales y colectivos barriales, donde los recursos para invertir en cultura estaban fuera del presupuesto familiar", dice el académico. 

"(Los libros de Quimantú) se obsequiaban en centros comunales y colectivos barriales, donde los recursos para invertir en cultura estaban fuera del presupuesto familiar" - Pedro Álvarez, académico de la Escuela de Diseño.

Altísimos tirajes

La portada de "Los inventores obreros", de la escritora Cecilia Urrutia, es una muestra del llamado "diseño social" que impulsó Quimantú.

Quimantú apuntó apuntó a la construcción de una “nueva cultura” para incluir también a las clases más populares. "Algo inédito", dice Álvarez, "pues estas habían estado excluidas del radio de las editoriales chilenas: no eran sujetos de consumo de cultura".

Pero además, la editorial rompió los esquemas de la industria editorial local con la impresión de altos tirajes de libros. Si la industria nacional estaba acostumbrada a ediciones de 2.000 a 5.000 ejemplares, con Quimantú se llegaron a imprimir hasta 100.000 unidades, imprimiendo en poco más de dos años y medio, más de 11 millones de libros. 

Quimantú apostó por un modelo no común en Latinomérica, que tuvo sus principales referentes en editoriales que provenían de Cuba y México. Y si bien la editorial publicó un catálogo que dio cabida a autores nacionales, latinoamericanos, estadounidenses y europeos, "algunas de las colecciones que fueron parte de sus divisiones editoriales tuvieron una fuerte carga ideológica, siguiendo el modelo cubano, con énfasis en escritores, caudillos, políticos y pensadores de origen soviético", dice Álvarez.

"Algunas de las colecciones que fueron parte de sus divisiones editoriales tuvieron una fuerte carga ideológica, siguiendo el modelo cubano, con énfasis en escritores, caudillos, políticos y pensadores de origen soviético" - Pedro Álvarez, académico de la Escuela de Diseño.

En el ámbito estético, la editorial estatal también innovaría al apelar a un "diseño social", tendencia que en Chile recién se comenzó a instalar y debatir en el siglo XXI. Quimantú, explica la plataforma "Sol del saber", contó con el aporte de diseñadores encargados de desarrollar líneas de colecciones, además de asumir la dirección de arte y la  producción de libros y revistas: "Ello significó la creación de nuevos canales y estrategias de comunicación para llegar a un público masivo y la realización de reuniones de pauta entre operarios, diseñadores y altos mandos con el propósito de discutir sobre las inquietudes y temas de interés de los lectores a los que se buscaba llegar". 

"Las nuevas generaciones no conocieron los llamados 1.000 días de la Unidad Popular, con un gobierno socialista, que ciertamente cometió errores, pero que entre sus mayores logros se puede señalar a Quimantú, el principal agente productor y reproductor de contenidos culturales entre 1971 y 1973". 

En este enlace, puedes revisar el catálogo de la editorial.


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