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Profesores en los medios: compromiso público más allá de la academia


La catástrofe del Norte y otras tragedias similares han empujado poco a poco a los expertos a salir de la universidad con un motivo claro: compartir el conocimiento cuando más se necesita.

De geoética es uno de los paper que descansa en el escritorio de Marcelo Lagos, el experto en tsunamis del Instituto de Geografía. «Es un tema que trato en mis cursos, pero también es un deber que trasciende», dice.

Y así es. Lagos es uno de los académicos UC más reconocidos del país desde que el terremoto y los tsunamis azotaran gran parte del territorio nacional en 2010. Ha sido el experto más citado en la prensa y con más apariciones en televisión desde entonces.

Para los medios la imagen de Lagos hoy significa rating, aunque para él sigue siendo una oportunidad para explicar en fácil la maraña técnica que hay detrás de cada catástrofe. En simple, lo de Lagos es un compromiso, y uno de tipo público: el mismo que ha movido a decena de académicos de esta universidad ante la avalancha de solicitudes mediáticas para entender los alcances y también las razones de la última catástrofe del Norte.

 

La ética en el conocimiento

Marzo fue un mes de impactos naturales, pues lo que empezó con el abrasivo rugido del volcán Villarica a principios de ese mes terminó con un aguacero babilónico en el Norte cuyo número de víctimas fatales seguía en aumento este mes de mayo.  Producto de estos eventos, hubo más de 50 apariciones de académicos UC sólo en radio y televisión. O sea, casi no hubo un día de marzo en que algunos de los investigadores de esta Universidad no apareciera en algún medio de comunicación masiva.

Según la agencia de análisis LitoralPress, la Universidad Católica, gracias a estos voceros ad honorem, fue la más citada durante marzo en los medios con 1.193 apariciones en televisión, radio, diarios y revistas.

«Hay una responsabilidad que tenemos para salir a explicar, como académicos, desde la universidad; y también hay una responsabilidad que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicyt) ha depositado en nosotros tras apoyarnos (con fondos) en nuestros proyectos» explica Rodrigo Cienfuegos, director del centro de desastres naturales CIGEDEN.

Recién en los últimos años se ha tomado conciencia de que la transmisión de conocimiento producido en las universidades y en los centros de investigación es una forma de enseñar a la sociedad los beneficios de la ciencia y las artes.

«Una parte importante de la investigación que se realiza se hace a través de recursos que son públicos, y por ende, vienen de los impuestos que pagamos todas las personas», dice María Elena Boisier, expresidenta de Conicyt y actual directora de Investigación de la UC.

Y no es sólo una manera de retribuir a la sociedad por estos fondos, sino también porque el conocimiento ya no se considera una propiedad de los científicos o de los intelectuales, sino de todas las personas.

Pero la entrega de estos expertos UC está lejos de ser tendencia. Es verdad que la situación ha cambiado en los últimos años, pero la realidad a nivel país va más por el lado de evadir el llamado de una radio o un canal que el de responder a sus apremios.

Para Lagos, esto se da porque aún «existe una percepción de que cuando hablas en tu rol de científico en los medios, estás farandulizando el conocimiento», dice con pesar quien ha sido de los pocos investigadores en conseguir una relación de valor con los medios, algo que el profesor Roberto Moris, del Instituto de Estudios Urbanos, ha intentado hacer en el último tiempo.

Requerido por el programa de Chilevisión Última mirada a raíz de este violento aluvión, Moris abandonó el estudio de ese recinto cerca de las 2 de la madrugada al día siguiente de la catástrofe.

Similar esfuerzo realizaron otros tantos académicos como el geógrafo Pablo Osses, el urbanista Jonathan Barton, el ingeniero Christian Oberli y otra larga lista de investigadores que desde hace rato han sido capaces de hacer un alto en su oficina para entregar parte de su acervo, para cumplir, en definitiva, con ese deber ético que ellos llaman compromiso público.

Publicado en Visión UC.


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