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Proyecto liderado por Escuela de Arquitectura UC rescata sistema de fortificaciones coloniales en región del Bío-Bío


Una investigación llevada a cabo por un equipo interdisciplinario de profesionales de la UC, pone en valor catorce fortificaciones españolas que estuvieron en operación entre fines del siglo XVI y fines del siglo XIX. Gracias a estos estudios, que se han trabajado además desde la Escuela de Arquitectura y el Magister en Patrimonio Cultural UC, es que la universidad adquirió uno de estos bienes para preservarlo.

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photo_camera Archivo UC

“Se vende parcela con fuerte español”, rezaba un cartel de carretera en un camino cercano a la localidad de Antuco. Fue así, casi por casualidad, que un grupo de estudiantes y académicos de la Escuela de Arquitectura; liderado por su entonces director, Emilio de la Cerda, encontraron el emplazamiento de uno de los catorce fuertes que ya estaban investigando hace unos meses. Lo anterior, hacía todavía más patente el desconocimiento sobre este tipo de construcciones además del abandono en el que se encuentran. Por eso es que la escuela decidió tomar el desafío y sacar adelante una investigación de estas construcciones.

Se trata de indagaciones que buscan poner en valor catorce fuertes que se encuentran en la frontera de Arauco y que estuvieron en operación entre fines del siglo XVI y fines del siglo XIX, durante el período de dominio español, pasando por la independencia de Chile, subsistiendo hasta la ocupación de la Araucanía, cuando se incorpora al territorio nacional los terrenos mapuche.

La historia reciente de este proceso empezó con el terremoto del 2010 que afectó fuertemente la zona de Nacimiento, dañando su emblemático fuerte. A partir de ese daño es que se produce una conversación al interior del Consejo de Monumentos Nacionales, respecto a cómo intervenir este lugar a futuro. En esa discusión, la historiadora UC, Valeria Maino, explicó que el Fuerte de Nacimiento estaba relacionado con otras construcciones de similares características que formaban un sistema a lo largo del río Biobío. Este fue el inicio de esta investigación, que luego encontró sede en el Magister de Patrimonio Cultural, en el Taller de Patrimonio y Territorio. Se hicieron tres talleres, tanto en la Escuela de Arquitectura como en el Magister. Todo esto decantaría en un proyecto FONDART.

La investigación

La pregunta que movía al grupo de investigación era cómo es que nadie había investigado acuciosamente este tema anteriormente. “¿Por qué este sistema de fuertes, es tan poco conocido, siendo que fue la frontera del Imperio español en continuidad territorial desde Nuevo México hasta la Araucanía? ¿Por qué el padre Gabriel Guarda no lo tomó de manera decidida en su libro Flandes Indiano, estudio exhaustivo de los elementos defensivos en Chile?”, se pregunta, Emilio de la Cerda, hoy subsecretario de Patrimonio Cultural, en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Según de la Cerda, una de las respuestas posibles era que la mirada que ellos habían puesto en estas fortificaciones, todavía tenía un marco conceptual basado en una visión monumentalista de los bienes culturales, sin considerar otros atributos. “Hemos planteado tres valores complementarios a su visión monumental”, cuenta. La primera es que estos fuertes no se podían entender de forma aislada, ya que son un sistema. La segunda, tiene que ver con que muchos eran frágiles por tratarse a veces de zanjas de tierra más empalizadas, pero el trazado se mantenía vivo y eso fue un descubrimiento del equipo. El tercero era su condición de elementos controladores de paisaje y no sólo se consideraba lo que está dentro del fuerte, sino algunos elementos de la naturaleza. Se descubre además que el elemento que los conecta es el río Bío-Bío y todos sus afluentes, que sería el marco geográfico de la Frontera, y que además de haber sido puntos de enfrentamiento, estas piezas defensivas se alzaron como zonas de intercambio cultural y comercial entre el pueblo mapuche y español, forjando una sociedad mestiza.

Con esto en mente, y tomando como base los planos dibujados por un militar español en 1793, por encargo de Ambrosio O’Higgins, el equipo hizo un modelado a la misma escala y encuadre de todos los fuertes en 1793 y de su estado actual. Estas hipótesis entregan datos nuevos respecto a estos sitios de enorme valor histórico y patrimonial. “Por ejemplo, en el caso de San Pedro de la Paz, se descubrió que la ubicación que la tradición oral señala que está en un lado, según la documentación histórica no coincidiría, y debería estar en un terreno que hoy en día es de Ferrocarriles del Estado”, cuenta de la Cerda. Sin embargo, hay datos que han quedado fuera, por lo que se considera esta investigación como un primer paso y un aporte para que eso aparezca. 

Un fuerte a la venta

Había que actuar rápido, pues uno de los catorce fuertes investigados se encontraba a la venta, con todo lo perjudicial que podía resultar ese proceso para el lugar. El equipo de investigación presentó un proyecto para que la universidad comprara el terreno del fuerte de Ballenar, ubicado en el sector los Canelos, camino al volcán Antuco. A través de Hans Muhr, Director de Infraestructura y Desarrollo Físico de la UC, es que se concretó el proceso. Fue así como la universidad adquirió el terreno, de más de una hectárea de extensión, para su preservación histórica. “Este terreno fue subdividido en el año 2014. A pesar de que la universidad haya comprado uno de los lotes, el lugar se verá afectado con la paulatina construcción de viviendas que modificaran el sentido en ese lugar”, explica Luis Eduardo Toloza, coordinador en terreno del proyecto.

 

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Rafael Zanetta B., Dirección de Comunicaciones, rzanetta@uc.cl


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