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Rector presentó en el Senado la posición de la UC ante la Ley de Despenalización del Aborto


Participó en un panel de discusión en torno al proyecto de ley, en el que también estuvieron el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, y los doctores gineco-obstetras Andrea Schilling y Jorge Becker.  

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photo_camera Archivo UC

El rector Ignacio Sánchez asistió al  Congreso Nacional, donde presentó ante la Comisión de Salud del Senado la posición de la Universidad Católica frente a la Ley de Despenalización del Aborto.

La autoridad universitaria fue  invitada a compartir un panel de discusión  en torno al proyecto que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo por tres causales, en el que también participaron  el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi; la doctora  Andrea Schilling, médico con especialidad en ginecología  y obstetricia, y el doctor Jorge Becker, médico ginecólogo y obstetra del Hospital Regional de Talca.

En la oportunidad, el rector Sánchez  inició su presentación enfatizando en que toda  ley de aborto es contraria a los principios básicos de la Lex Artis médica, “en todas las tradiciones y desde su aparición en el siglo 5 AC tiene como centro el cuidado de la personas, entendido este en el más amplio sentido y que, por cierto, siempre ha incluido al no nacido”.

Desde el punto de vista del diagnóstico de embarazo, dijo que el médico está comprometido con el cuidado de dos pacientes: la madre y su hijo, y es práctica médica convencional tomar en cuenta la existencia del no nacido ante toda decisión terapéutica dirigida a la madre.

Respecto de la primera causal de la ley de aborto, el rector señaló que, al existir riesgo inminente de vida de la madre, no se trata de un aborto provocado, porque lo que se pretende es cumplir con la Lex Artis médica, que obliga a llevar a cabo todas las acciones destinadas a salvar la vida de ambos, entendiendo  el riesgo mayor del no nacido, y realizando una interrupción lícita del embarazo,  no un aborto directo. “La actual regulación legal no produce incertidumbre en los médicos y no trae riesgo alguno para la salud y vida de la madre. El concepto de inminencia no está incluido en el actual proyecto, lo que parece muy necesario incorporar. Obviamente, que en situaciones de emergencia, siempre se privilegia la salud de la madre”, argumentó.  

Acerca de la segunda causal, de un feto con patología inviable, la autoridad universitaria insistió en el imperativo de cuidado de los dos pacientes, las dificultades diagnósticas e incerteza sobre el pronóstico vital que esto genera y la necesidad de recursos médicos especializados accesible para gran parte de la población (especialistas en medicina materno-fetal, necesidad de concurrencia de otros especialistas, como genetistas, cardiólogos pediátricos, etc).  

Agregó, además, que como para esta casual no hay plazo establecido en el proyecto de ley, en los casos avanzados se deberá practicar lo que técnicamente se denomina feticidio, procedimiento que puede fracasar, con sobrevida del feto,  “la conducta frente a esta situación no está prevista en el proyecto de ley".  

Enfatizó en  la importancia de fortalecer programas de acompañamiento a la maternidad, junto con políticas de apoyo al embarazo vulnerable,  experiencias tan positivas como el programa Acompañar-es en la UC.  

Respecto de la tercera causal de la ley de aborto, señaló  que la violación es un delito, y por tanto,  sólo puede ser determinado por un tribunal, por lo que es contradictorio con el principio de que la ley entregue esta función a dos médicos no legistas. Además, agregó que técnicamente no es posible determinar la existencia de violación semanas después de ocurrida.  “En rigor, lo único posible de diagnosticar son las lesiones locales, ni siquiera si tales lesiones se produjeron a raíz de una violación. Mucho menos resulta posible confirmar que un eventual embarazo se produjo por el mismo hecho que causó esas lesiones. Esto abre las puertas al aborto libre”, manifestó el rector.   

El niño que está por nacer, que ha sido producto de una violación, es inocente, tal como lo ha sido su madre, por lo que requiere cuidado y protección.  Atentar contra su vida no es justo, se atenta contra otro inocente”, insistió.  

Respecto de la objeción de conciencia, dijo que se desestima como argumento porque en los hechos significa reconocer el proyecto como legalización y no despenalización del aborto y porque además resulta una suerte de concesión para algo que es un derecho derivado de la libertad de conciencia, expresamente protegido en la Constitución.

“Si se planteara la objeción de conciencia, esta es personal y no institucional.  Debe incluir a todos los profesionales que participan en el procedimiento del aborto: médicos, enfermeras, y otros profesionales de la salud”, manifestó.

Chile es un país que debe respetar la diversidad de idearios y visiones institucionales.  “Es un valor que instituciones como la Universidad Católica planteen alternativas a las madres y sus familias.  El apoyo y acompañamiento global, en favor de la vida, forma parte de esta propuesta.  Y esto va en la línea del aporte público a la sociedad y lo complementa”, precisó el rector.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Ana María Bolumburu, abolumbu@uc.cl


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