Residencia de investigación: explorando los secretos de la madera
El académico de la Escuela de Arte Luis Prato realizó una residencia de investigación en el Departamento de Ciencias de la Madera e Ingeniería de la Oregon State University. Allí, trabajó en un laboratorio especializado en la obtención de pigmentos a partir de hongos y en un taller de técnicas de tornería en maderas en proceso de descomposición.
Hubo un hito en la carrera del profesor de la Escuela de Arte Luis Prato. En 2018, fue invitado a participar de un taller en la Universidad Austral de Chile, en Valdivia, “Usos contemporáneos de la madera: pigmentación de hongo en proceso de color”, dictado por el profesor de la Oregon State University y bio-artista, Seri Robinson. Rodeado de artesanos, ingenieros forestales y científicos especialistas en bosques, el académico sintió la necesidad de volver a este material, utilizado ubicado en los orígenes de su trabajo como escultor.
Con ese objetivo en mente, Luis Prato realizó una residencia académica en el Departamento de Ciencias de la Madera e Ingeniería de Oregon State University. “Aquí se tiene la convicción de que el ingeniero forestal se va a desempeñar mejor en el ámbito de conocimiento que decida, si tiene experiencias estéticas de creación con la madera, tanto en el ámbito del diseño, como en el ámbito de la creación artística”, explica.
¿Por qué elegir Ingeniería Forestal y no derechamente Diseño o creación artística en madera?
—Mi interés por ir a Ingeniería Forestal fue ‘quiero estar en un ambiente en donde la madera se piense desde una perspectiva totalmente distinta’. Donde pueda aprender un aspecto de la madera para mí desconocido, que tenía que ver con los procesos de descomposición. Para nosotros, en Chile, la madera descompuesta no sirve ni para leña. A nivel industrial, comercial y artístico todos adoramos la madera sin nudos, ojalá perfecta, con la huella de su crecimiento intacta, del árbol más antiguo, pero, ¿qué se hace con la madera que no sirve para nada?. Entonces, ¿cómo es esto de hongos que pintan la madera de una forma y un tiempo que yo no puedo controlar? Bueno, esa parte científica es la que fui a aprender a Oregon, que es cómo puedo cultivar el hongo en las maderas o en un sustrato, del cual yo pueda desprender estos pigmentos.
Específicamente, el académico se refiere al spalting, una técnica de pigmentación fúngica que va afectando a la madera con distintos colores y texturas. “Entender lo que el hongo le hace a la madera no es un mero dato, es entender procesos que nos informan otras formas de ser en el mundo, otras agencias que no dependen de lo que yo diga, imagine o que sea capaz de conceptualizar”, plantea Luis Prato.
Durante su residencia también realizó un trabajo de taller en tornería. “El torno es casi una disciplina paralela a la carpintería (…) Lo que aquí sucede es que para trabajar en torno se necesita un aprendizaje corporal que las demás herramientas no requieren”, explica sobre la necesidad de contar con un adiestramiento específico en este oficio.
Otras formas de significar la madera
A partir de su experiencia en EE.UU., Luis Prato realizó dos exposiciones. La primera muestra fue “Apoptosis”, nombre tiene que ver con el significado de esta palabra griega, utilizada en embriología para nombrar el momento en el que las células deben morir para continuar el proceso de formación del cuerpo. Consistió en un recorrido por los ejercicios de trabajo artístico que el académico desarrolló durante su estancia; el conjunto de obras estuvo compuesto por maderas torneadas, maderas espaltadas, dibujos, esculturas, fotografías y videos.
Además, plasmó este concepto en una madera que le había regalado el investigador senior Fred Swanson del H.J. Andrews Experimental Forest, un bosque que funciona como estación de investigación en el Estado de Oregon. "Llevan como 30 años invitando a artistas del área de la Literatura, invitando a poetas y escritores a hacer residencia, aunque también han invitado muy ocasionalmente a artistas visuales. Cuando yo llego allá, él me invita a participar y me dice: lo que esperamos del artista es que juntos pensemos, hablemos y nos den otras perspectivas. Otras formas de visualizar, de significar, de pensar en el bosque desde un punto de vista sensible, un punto de vista que los científicos no suelen cultivar", explica.
En tanto, la segunda exhibición fue de dibujos. "Primera vez que expongo dibujos en mi vida, no fue nada planificado, sino que fue algo que surgió de la observación, de la necesidad de entender a través de la mano lo que yo estaba viendo", explica el escultor Luis Prato sobre sus dibujos.“Ellos me pidieron que les mostrara mi trabajo a los colegas con los que conviví y fue una súper bonita recepción, porque hubo gente que empezó a preguntar cuánto valía mi obra. Yo no pensaba vender y hubo científicos que dijeron ‘yo quiero eso, estoy trabajando con hongos con maderas, pero si yo estoy estudiando tal cosa’, etc. Hubo gente que estaba de verdad emocionada de ver cómo un material que ellos han investigado puede tener un manejo tan sensible”, recuerda el escultor chileno.