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Sol Serrano: “Mi experiencia más profunda de libertad intelectual ha sido junto con los estudiantes”


La académica de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política posee una destacada trayectoria que la llevó a conseguir el Premio Nacional de Historia en 2018. Con toda una vida ligada a nuestra universidad, se desempeñó como vicerrectora de Investigación entre 2015 y 2017.

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photo_camera "Quisiera que mis nietos recuerden algo de mí. O que alguno de ellos suba estas mismas escaleras de la Casa Central UC y sepa que su abuela obtuvo alguna vez el Premio Carlos Casanueva", afirma la destacada historiadora. Créditos: Karina Fuenzalida.

Cuando se busca en internet el nombre de Sol Serrano, aparece una frase que se repite: “La historiadora que hace historia”. Es que la carrera de la académica ha sido generosa tanto en su producción como investigadora, que se traduce en la autoría o colaboración de más de una docena de libros, como en los galardones y distinciones que ha alcanzado.

Ahí se encuentran, por ejemplo, el Premio Nacional de Historia 2018 (la primera mujer en recibirlo) y el Premio Municipal de Literatura de Santiago 2019 por el libro “El liceo: Relato, memoria, política”. También, su ingreso como miembro de número de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales y su participación en instancias como la "Mesa de Diálogo en Derechos Humanos", el "Consejo Asesor Presidencial para la Educación" y la "Comisión de Formación Ciudadana del Ministerio de Educación", entre otros. Y, por supuesto, su rol como vicerrectora de Investigación de nuestra universidad, entre 2015 y 2017.

“Esta universidad es mi alma mater, la madre nutriente, que me ha nutrido desde que tenía 18 años. Entonces recibir yo de ella un reconocimiento de esta naturaleza es el mundo al revés ” - Sol Serrano, Premio Carlos Casanueva 2023

Un abultado currículum que no hace más que evidenciar que el Premio Monseñor Carlos Casanueva, el máximo galardón que la universidad entrega a un académico, es un reconocimiento que Sol Serrano tiene más que merecido.

Ante esta distinción, la académica del Instituto de Historia afirma estar muy agradecida: “Siento gratitud, mucha gratitud. Porque esta universidad es mi alma mater, la madre nutriente, que me ha nutrido desde que tenía 18 años. Entonces recibir yo de ella un reconocimiento de esta naturaleza es el mundo al revés. ¡Es una lástima que uno no le dé premios a su universidad!”.

El primer contacto que Sol Serrano tuvo con la Universidad Católica fue cuando estaba aún en el colegio, el Villa María Academy. Entonces acompañó a su hermana mayor, Elena, quien estudiaba Derecho. Caminar por los pasillos universitarios causó un impacto que no olvidaría. “Se me contrajo un poco el corazón y se me sigue contrayendo”, recuerda.

Sol Serrano pertenece a una familia de mujeres intelectuales, entre quienes se cuenta a su madre, la escritora Elisa Serrana (seudónimo de Elisa Pérez Walker), y sus hermanas Marcela (escritora) y Margarita (periodista, fallecida en 2017). Asegura que más allá de influir directamente sobre su vocación por la historia, el recuerdo de su vida familiar la va a acompañar siempre, pero no necesariamente en lo intelectual: “Nos dicen que hemos sido destacadas y nosotras nos reímos, porque eso fue lo que hicimos siempre: reírnos”.

Una vocación

"Me siento una hija amada de la República”, dijo Sol Serrano en la conferencia de prensa que dio a conocer su nombre como Premio Nacional de Historia en 2018. Créditos: César Cortés.

Sol Serrano obtuvo la licenciatura en Historia en 1977, para luego realizar un master of arts en la Universidad de Yale. De regreso en Chile, a mediados de los 80, la profesora comenzó a colaborar con otros historiadores en obras como “Chile en el siglo XX” (1985), junto a Cristián Gazmuri y Mariana Aylwin, para luego realizar el doctorado en Historia de la UC, grado que alcanzó en 1993.

Cuando se le pregunta cuál cree que ha sido el aporte que ella le ha dado a la UC en toda esta vida en que ha estado ligada a la universidad, la académica duda, sin falsa molestia. Finalmente se decide por una frase corta, pero elocuente: “Espero haberle dado convicción y pasión”.

Esa pasión se nota cuando habla de su trabajo con los estudiantes, sin los cuales, señala, “no somos universidad. A lo más, un centro de investigación”. “Mi experiencia más profunda de libertad intelectual ha sido junto con los estudiantes. Mi campo docente ha sido el de seminarios de investigación con alumnos de pregrado, y subrayo pregrado porque es allí donde se forja el alma mater. Cuando nos encontramos juntos para idear un tema, transformarlo en problema, en metodología y luego en una reflexión propia, no nos importa quiénes somos o de dónde venimos. Es una experiencia única en la vida que, siendo intergeneracional y jerárquica, es a la vez profundamente libre, porque estamos buscando juntos”, afirma Sol Serrano.

-Más allá de todos sus libros y premios, ¿cómo le gustaría que la recordaran?
-“Puedo ser vanidosa, ¡pero nunca tanto! Ahora que me obligas a pensarlo, quizás quisiera que mis nietos recuerden algo de mí. O que alguno de ellos suba estas mismas escaleras de la Casa Central UC y sepa que su abuela obtuvo alguna vez el Premio Carlos Casanueva”.

Sol Serrano: "Quisiera que mis nietos recuerden algo de mí. O que alguno de ellos suba estas mismas escaleras de la Casa Central UC y sepa que su abuela obtuvo alguna vez el Premio Carlos Casanueva”. Créditos: Karina Fuenzalida.
El rol y momento de la Historia

Sol Serrano se ha dedicado a investigar sobre la historia política, intelectual, educacional y religiosa de Chile, especialmente dentro de un marco comparativo latinoamericano. Pero entre sus temas de interés también se encuentran la formación de la política moderna y del espacio público. Asegura que la historia, como disciplina, tiene mucho que decir en el contexto actual en Chile.

“El rol de la historia es el que ha tenido siempre y debe seguir teniendo: contar un relato de nosotros mismos en cualquier escala. Un relato que es fragmentado, tantas veces conjetural, y con los materiales que otros nos dejaron de ellos mismos. Es pensamiento crítico a la vez que pertenencia. Es volver con nuevas preguntas desde el presente”, asegura. Un presente que, además, está marcado por la predominancia de la tecnología y de las redes sociales, que permiten realizar un registro exhaustivo y en tiempo real de los hechos.

“Los mails y los chats son equivalentes a las antiguas cartas, de las cuales millones no se conservaron. (Pero con la tecnología) habrá un archivo infinito en la nube, de tal magnitud que su uso es inmanejable sino a través de big data”, afirma. “Esto está siendo un gran tema entre historiadores y científicos, para ver cómo podemos analizar toda esta información con inteligencia artificial. En el pasado, almacenar el conocimiento siempre fue un desafío gigantesco y la posibilidad de almacenar fue lo que permitió no solo el conocimiento histórico, sino que el de todas las ciencias. Y si antes el desafío era la escasez, hoy lo es la abundancial”, señala.


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