Una década de innovación: Jump Chile y BRAIN Chile impulsan el ecosistema de emprendimiento
Una década de vida cumplieron Jump Chile y BRAIN Chile, los programas de emprendimiento nacidos en la Universidad Católica gracias a la participación de distintas unidades y facultades, y que han potenciado las ideas de diversos emprendedores, acompañando y apuntado a distintas etapas de crecimiento de las startups, lo que ha sido fundamental para el desarrollo del ecosistema de innovación y su expansión por Latinoamérica.
Proyectos que buscan solucionar desafíos de la vida actual y de los retos que se vendrán para las sociedades que cambian rápidamente, son los que han encontrado su impulso en los programas BRAIN Chile y Jump Chile.
El primero -cuyo nombre es una sigla que significa Business, Research, Acceleration, Innovation- es impulsado por el Centro de Innovación UC, la Dirección de Transferencia y Desarrollo, la Escuela de Ingeniería UC, y Banco Santander Chile. Mientras que el segundo, organizado por el Centro de Innovación UC y Banco Santander Chile, es un es un programa de aceleración de ideas de negocios enfocado en estudiantes de Educación Superior de Chile y Latinoamérica, que busca formar una nueva generación de emprendedores, transformando problemas locales en oportunidades de negocios de impacto global.
Ambos exploran diferentes etapas de crecimiento en startups o emprendimientos que impactan en la calidad de vida de las personas, abarcando áreas tan diferentes como la educación, salud, tecnología, entre otras.
Los equipos compuestos por académicos y estudiantes de educación superior reciben mentorías y capacitaciones uno a uno durante varios meses, donde perfilan de mejor forma sus soluciones o productos. Casos de éxitos variados como Candel, Paperlux, Inti Tech o el reciente SNIFF, confirman que la proyección de poner los esfuerzos en los emprendedores es un acierto de la Universidad Católica.
“En todos estos programas, uno se acuerda de cómo surgieron, de cómo tuvimos que entusiasmar a todos para verlos crecer. Sin duda, es una gran alegría ver cómo hay mucha participación y eso nos confirma que lo que nos falta en el país es confiar más en la juventud, confiar en las buenas propuestas y también así permitirles a ellos aprender a fracasar, porque un fracaso es básico para llegar a un éxito”, expresa el rector de la UC Ignacio Sánchez.
Programas que impactan
Ambas iniciativas han impactado a más de 30 mil emprendedores y más de 120 instituciones de educación superior a nivel latinoamericano, repercutiendo directamente en la calidad de vida de las personas. A su vez, los académicos que forman parte de los equipos ganadores han logrado hacer crecer sus investigaciones o implementaciones, avanzando en su llegada al mercado.
Camilo Flores, ingeniero civil mecánico de la UC y fundador de Inti Tech, uno de los equipos ganadores del programa BRAIN Chile del año 2016, valora positivamente su participación: “El bootcamp fue súper bueno para nosotros, sobre todo para empezar a pensar en tener un modelo de negocios claro, entender que lo que haces debe ser un negocio y generarte ingresos, algo que no lo teníamos tan desarrollado al principio”. Y recomienda a los estudiantes participar, “porque hay un montón de cosas que se pueden hacer, hay mucho por aprender, además que los equipos de trabajo son increíbles y las redes de contacto que se generan gracias a la UC son clave en muchos momentos”, añade.
“La idea de Paperlux partió dentro del minor de Innovación de la Facultad de Ingeniería, y sin duda pasar por Jump nos ayudó a crecer e ir avanzando en nuestro camino (…) la idea obviamente se fue puliendo y refinando hasta el producto final”, confirma Luciano Lizana, cofundador y CEO de Paperlux, un dispositivo que convierte cualquier pantalla convencional en una pizarra digital interactiva. “El mejor momento para empezar a emprender y experimentar en la creación de una empresa es cuando eres estudiante, estás aún cerca del ecosistema de innovación de la universidad, con poco que perder y mucho por ganar”, dice el también arquitecto de la UC.
ADN UC
Muchas startups participantes a lo largo de los años poseen en sus filas a estudiantes y académicos de nuestra universidad. Este año en BRAIN Chile, el caso de MULMO -que surge a partir del proyecto de título de la diseñadora Josefa Ponzini- y que es una línea de alimentos helados bioactivos diseñada específicamente para personas que sufren de mucositis oral, una complicación dolorosa que afecta al 100% de pacientes oncológicos que tienen radio y quimioterapia, llamó la atención del jurado y los asistentes. Además de llevarse el segundo lugar -recibiendo 8 millones de pesos- mostró que para emprender no hay límites. Su equipo lo encabezan académicos de diversas facultades de la universidad, como el profesor José Allard, de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos; Alex Vargas, de la Facultad de Medicina; y Gloria Montenegro, de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales.
Es precisamente Gloria Montenegro -quien lleva 52 años en la UC realizando diversas investigaciones en torno a las propiedades de la miel de ulmo y diversas plantas nativas de Chile- quien reconoce el impacto positivo del programa en MULMO: “Lo que nos dejó BRAIN, es que debemos seguir trabajando en un producto, porque estamos en el prototipo y en ese camino vamos avanzando, así que ahora podremos tener a alguien que nos ayude a presentar un Fondef”, explica.
Además la académica cuenta: “Hemos hecho varios prototipos de helados de miel, donde vamos agregando matico, considerando las propiedades antinflamatorias que posee, siempre buscando ayudar a las personas de la mejor forma posible”.
“En MULMO está todo el descubrimiento de mi vida, en torno a la miel mono floral del ulmo, y que crezcamos también sería fabuloso para los apicultores, porque así podrían lograr vender sus mieles con un valor agregado”, agrega la profesora Gloria Montenegro.
Este año, los ganadores del primer lugar de BRAIN Chile fueron SNIFF (Smart Neoplasm Identification by Fume Fingerprinting), dispositivo biomédico que usa IA y sensores para identificar células malignas en tiempo real en cirugía de cáncer de mama. La iniciativa ya tenía un recorrido de triunfos en otros programas del Centro de Innovación UC -como “Desafíos en Cáncer”, en conjunto con Novartis-. “Es increíble haber ganado, sobre todo porque crecimos bastante durante estos meses de trabajo. No fue fácil, porque tuvimos que compatibilizarlo con nuestros estudios; ahora entramos a internado, así que es bien difícil balancear ambas cosas, pero lo logramos”, asegura sonriente en la ceremonia de premiación Felipe Andrade, uno de los fundadores de SNIFF, quien es titulado de Química UC y actualmente estudia Medicina, también en nuestra casa de estudios.
“Con este premio, vamos a poder empezar a ampliar nuestra tecnología a otros tipos de cáncer, como mencionamos en la presentación”, añade Felipe Andrade respecto a las proyecciones que se vienen para SNIFF.
En un estado más inicial respecto a su crecimiento, está el equipo de “A Romperla”, un emprendimiento que busca apoyar a los estudiantes universitarios con clases online asincrónicas y en vivo, centradas en ejercicios tipo prueba y material de estudio detallado, haciendo del aprendizaje un proceso más amigable y eficiente. La iniciativa participó del programa Jump Chile y ganó el premio entregado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) -2 millones de pesos en mentorías- y está integrado por las estudiantes de Ingeniería UC Josefina Fuenzalida y Florencia Lira.
“Para nosotras, haber podido conectar con emprendimientos de todo el país y Latinoamérica, fue lo más valioso del proceso, porque pudimos ver cómo todos tenemos la pasión de desarrollar nuestras ideas y trabajar por ellas”, expresa Josefina Fuenzalida y agrega que “esperamos que Jump siga creciendo y tenga mayor visibilidad a lo largo del país, porque hay ideas increíbles que tienen mucho potencial para ser un aporte a la sociedad y la sostenibilidad”.
Otra iniciativa reconocida en Jump Chile 2024 fue Eko, de Perú, equipo que obtuvo un premio del Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (CENAMAD), consistente en un cupo para una pasantía de 3 meses con apoyo para el escalamiento de la idea, con asesoramiento profesional y generando vinculaciones tempranas con industrias asociadas a la investigación.
Red interdisciplinaria
Una pieza fundamental en este proceso de crecimiento para las startups ha sido la vinculación con otras facultades y escuelas de la UC, como la Escuela de Ingeniería y su participación desde la génesis del programan BRAIN, donde también son parte del comité organizador.
“Cuando inició BRAIN, el ecosistema estaba recién empezando, pero identificamos de manera muy fuerte que había una necesidad importante de ir llenando espacios de soporte para que sobrevivan los emprendimientos que requieren apoyo continuo y a largo plazo”, relata Constance Fleet, académica de la Escuela de Ingeniería y miembro del comité organizador del programa.
Es en la etapa denominada -y temida- “valle de la muerte”, donde las startups suelen desaparecer por falta de apoyo económico o guía. La académica reconoce que ahí es donde programas como BRAIN Chile juegan un rol crucial, pues “es el primer programa de apoyo al emprendimiento científico-tecnológico en etapa intermedia, ya que había programas que apoyaban las ideas, pero de ahí en adelante nadie se hacía cargo y hasta llegar al mercado o la inversión, es un camino muy largo”, puntualiza.
Para que este tipo de programas esté en el ADN UC, Constance Fleet reconoce y valora que desde la Escuela de Ingeniería “generamos un hito formativo al crear un curso de plan común -el curso de investigación, innovación y emprendimiento-, que permita naturalmente participar en BRAIN, ya que es una continuidad en caso de desarrollar un emprendimiento”, comenta.
La Dirección de Transferencia y Desarrollo UC es otro actor fundamental en este programa, pues este equipo se encarga de patentar los trabajos que surgen desde las aulas y laboratorios, abriéndoles camino hacia la conversión de productos reales. Tal como reconoce su director ejecutivo, Álvaro Ossa, “BRAIN ha demostrado ser un motor de transformación, al impulsar proyectos que han generado un impacto real en la sociedad y en la industria, es por eso que más de una decena de iniciativas apoyadas por este programa han trascendido el espacio académico, convirtiéndose en soluciones innovadoras que han mejorado la calidad de vida, promoviendo la sostenibilidad y fortaleciendo la competitividad del país y de la región”.
Este año, al cumplir diez años de BRAIN Chile, Álvaro Ossa profundiza que “este aniversario nos recuerda la importancia de seguir apostando por un modelo que conecta la excelencia académica con las necesidades del entorno, logrando resultados concretos y duraderos”.
El próximo desafío: crecimiento internacional
Los caminos que apuntan a la expansión y posicionamiento de estos programas fuera de nuestro país son claros. Ya ha habido experiencias en México y Argentina, sin embargo, más allá de la franquicia, lo que buscan concretar los equipos de trabajo tras Jump y BRAIN, es el aterrizaje de emprendimientos nacionales en el extranjero y de foráneos en nuestro ecosistema.
“Poder generar redes robustas de intercambio de conocimiento y desarrollo de innovación a nivel latinoamericano, es uno de los grandes desafíos que tenemos con ambos programas. Los retos que tienen en otros sectores del mundo, muchas veces son resueltos con soluciones en otro lado geográfico y ahí debemos estar nosotros para crear esos vínculos y fortalecerlos en caso de existir previamente, pues sólo de esa forma lograremos tener economías más sostenibles, eficientes y respetuosas con el medio ambiente, que es lo que exigen las sociedades actuales”, asegura Ramón Molina, director ejecutivo del Centro de Innovación UC.
La profesora Constance Fleet se suma a este análisis y confirma que “por ejemplo, si vemos un emprendimiento de Chile que hace cosas con pollo y carne, y también tenemos una relación con los ecosistemas de Argentina y Brasil, vincularlos para así ayudar al softlanding del emprendimiento en otros países y empujarlos en la expansión territorial de la solución que han creado”.
Asimismo, la académica Gloria Montenegro recomienda a los docentes que “postulen, en serio le recomiendo a los profesores de la UC y también a los de fuera de la universidad, que postulen a estos programas, porque la gente con la que uno trabaja nunca pierde la paciencia, están siempre dispuestos a ayudar y apoyar el proceso de avance que uno va teniendo con su proyecto”, dice.
Finalmente, el vicerrector de Investigación Pedro Bouchon, proyecta la labor de estos programas en la “profundización de los aportes que se realizan desde la academia a la sociedad, donde como universidad tenemos vasta experiencia y podemos seguir apoyando, tanto a académicos como estudiantes, a que exploren, prueben, testeen, patenten, validen y salgan al mercado con soluciones cada vez más ajustadas a las necesidades que tenemos no solo como país, sino que como planeta, pues desde la UC siempre estamos llevando la innovación un paso más allá”, concluye.