Veinte años del Centro de Políticas Públicas UC: La confianza como motor de desarrollo
La celebración de los veinte años del Centro de Políticas Públicas UC se centró en un tema que es clave y que hoy escasea: la confianza. En base a los distintos diagnósticos que ha generado a lo largo de su experiencia se buscó abordar, en conjunto con tomadores de decisión y expertos, la urgencia de la confianza como un valor que no solo es deseable para la cohesión social, sino también para el progreso económico del país.
La confianza en Chile es baja para la mayoría de las instituciones y ha disminuido en el tiempo, de acuerdo a la Encuesta Bicentenario UC 2021. Ninguna de las instituciones evaluadas se escapa del patrón de disminución, y algunas, como el gobierno, partidos políticos y los parlamentarios, no superan un 10%.
Es por esto que, para celebrar los veinte años de vida del Centro de Políticas Públicas UC, se organizó el seminario “Confianza y cohesión social: claves para el desarrollo de Chile”. Carlos Scartascini, economista principal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ofreció una charla magistral en base a su libro “Confianza: la clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe”.
El rector Ignacio Sánchez, en la inauguración del evento, expresó que “las universidades, con la evidencia científica y las diversas posiciones que se expresan en ellas, son un buen lugar desde donde es posible recomponer la confianza entre las instituciones y la opinión pública”.
Durante su charla magistral, Scartascini explicó que la confianza es la creencia de que los demás no actuarán de manera oportunista, y que “es la base de la cohesión social. Sin confianza no podemos construir sociedades que nos lleven a mejorar el bien común”.
Confianza en Chile
¿Qué sustenta la confianza? La Encuesta Bicentenario aborda tres dimensiones para analizarla con respecto a las instituciones: cuán preparadas están para cumplir con sus funciones, cuán preocupadas están del bienestar de la sociedad y con cuánta integridad y transparencia funcionan. En general, la percepción sobre la integridad y transparencia de las diversas instituciones no supera el 16%. Esta desconfianza se aprecia principalmente en el Gobierno y en los parlamentarios. Las Fuerzas Armadas, si bien arrojan una confianza de apenas 20%, son percibidas como la institución con mejor preparación.
El Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC), que se realiza año a año, también arrojó resultados preocupantes en su última edición. En 2016, el 10% de la muestra expresó que "casi siempre se puede confiar en las personas". Ese porcentaje aumentó a un 12,2% en 2017 y a un 12,4% en 2018, pero bajó a un 11,4% en 2019 y, de forma más abrupta, a un 7,9% en 2021. Según consigna su informe, este nivel de decrecimiento es observado por primera vez en el ELSOC.
Para el director del Centro de Políticas Públicas UC, Ignacio Irarrázaval, la confianza “no es solo un valor deseable, sino que es un bien sustancial para la gobernabilidad de un país y para la implementación de las políticas públicas”. El académico explica que esta se entiende como la creencia o expectativa de optar por cooperar con otros, a pesar de no tener plena certeza sobre su capacidad y disposición de velar por nuestra integridad o intereses. “De esta manera, la capacidad de implementar reformas o programas con éxito, depende de manera crucial de la confianza depositada en los gobiernos y sus instituciones”, dice.
Para ilustrarlo, Irarrázaval pone un ejemplo: “Podemos tener un muy buen camión recolector de basura, pero si no se confía en ese sistema, las personas van a seguir con sus hábitos, como puede ser el botar la basura al frente de su casa y no estar dispuesto a cooperar”.
En la misma línea, Carlos Scartascini afirma que la confianza debe ser un objetivo de política pública, que la información es fundamental para aumentar la confianza y que para esto es necesario pensar en reformas que informen. También sugiere hacer cambios “que empoderen y fortalezcan las instituciones, donde estemos seguros de que la justicia actúa de forma independiente y equitativa”.
Ministra Tohá: “Cuando hablamos de confianza, primero hay que cumplir”
Variados estudios muestran los beneficios de tener índices saludables de confianza en una sociedad. Es lógico que una sociedad que tiene mayor confianza, también tiene mayor cooperación y cohesión social. Pero eso no es todo. Hay estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que demuestran que la confianza en el gobierno se correlaciona fuertemente con la confianza en el mercado financiero y, por ende, con mejores resultados económicos. También, un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre confianza muestra que esta se correlaciona con productividad.
La ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, hizo énfasis durante el seminaro en que para reconstruir la confianza es fundamental hacer compromisos que puedan ejecutarse y tenerlo como prioridad. “Cuando hablamos de confianza, primero hay que cumplir (…) si uno no cumple, confianza no puede haber”, dijo. Agregó que “los desafíos que tenemos en materia de confianza en el mundo se grafican o se sienten en nuestro país de una forma particularmente aguda”.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, comentó que el trabajo realizado por Carlos Scartascini es muy importante para el contexto en el que se encuentra el país, ya que “la confianza interpersonal en Chile ha sido durante décadas muy baja y la confianza en las instituciones, que durante algún tiempo compensó esa baja de confianza interpersonal, también decayó sustancialmente”.
De acuerdo al ministro, aunque la palabra en esta disciplina la tienen otras ciencias sociales, la confianza está implícita en los temas económicos: “está, por ejemplo, en el estudio de formación de expectativas, está en los años más recientes en la economía del comportamiento (…) porque la economía no es solamente contabilidad, es comportamiento humano y la forma en que se genera el comportamiento humano depende de las actitudes y estas a su vez responden en parte importante a la confianza”.
Como concluye Ignacio Irarrázaval: “Estamos seguros de que la confianza es un elemento clave, no solo para el gobierno, los servicios y las políticas públicas, sino también para el desarrollo integral del país”.
El Centro de Políticas Públicas UC nació como un centro de investigación en el que se fomenta el trabajo interdisciplinario del cuerpo académico de todas las facultades de la UC, para abordar las principales problemáticas del país. Además de ser una instancia que busca establecer un diálogo permanente de la academia con el sector público, el sector privado y la sociedad civil.
Ha desarrollado su propia metodología, en la que la articulación de los actores clave le ha permitido construir propuestas de políticas públicas que incorporan distintas visiones, y que apuntan a ser plausibles y aplicables en la realidad.
Su director, Ignacio Irarrázaval, afirma que “desde el inicio, hemos puesto el foco en ser un centro aplicado. Más que un think tank o centro de pensamiento, buscamos ser un do tank, es decir, un lugar que contribuye a que las cosas pasen. Con el correr de los años hemos puesto las energías en cumplir nuestra misión: aportar al país vinculando el quehacer académico de la UC con los desafíos de la sociedad”.