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Sala del Senado en el Congreso Nacional de Chile

Vincula: nace iniciativa que promueve el aporte de las universidades chilenas al proceso legislativo


La plataforma, nacida en la UC, facilita el encuentro entre académicos y parlamentarios, mediante un sistema que opera con inteligencia de datos, para que los primeros colaboren en el desarrollo de nuevas leyes, brindando conocimiento y evidencia científica. El siguiente es un artículo publicado en la edición 299 de Visión UC.

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photo_camera El proyecto Vincula es una plataforma desarrollada con inteligencia de datos que permite poner en contacto a parlamentarios y expertos universitarios, con la finalidad de aportar con conocimiento la tarea legislativa. (Fotografía Cámara de Diputados)

“Bueno... oí que hay un asteroide, cometa o algo así que no les gusta.. cuéntenme y luego cuéntenme por qué me lo cuentan… tienen 20 minutos”. "No pueden ir por ahí diciendo que hay un 100% de probabilidades de que vamos a morir, es una locura”. El diálogo es de la película “No miren arriba”, cuando la Presidenta de Estados Unidos -interpretada por la actriz Meryl Streep- es alertada por un grupo de científicos por la inminente colisión de un cometa con la Tierra, con un 99,78% de probabilidades. El hecho de que haya un margen del 0,22% de que no se produzca el impacto, le da en la particular perspectiva de la Mandataria suficiente tiempo como para “aguardar y analizar”, lo que exaspera a los científicos, quienes deciden finalmente filtrar la situación a la prensa.
     
La escena de esta película refleja, aunque con una alta dosis de humor negro, el abismo y la desconexión que a menudo puede producirse entre el mundo de los políticos y el que habitan los académicos de las universidades. Un ejemplo claro es lo que ocurre con el cambio climático, un reto prioritario para científicos por sus efectos inminentes, pero que a menudo son relativizados por los gobernantes con el aplazamiento de medidas y políticas. Es precisamente esta distancia la que pretende acortar el proyecto Vincula, una plataforma desarrollada con inteligencia de datos que permite poner en contacto a parlamentarios y expertos universitarios, con la finalidad de aportar con conocimiento la tarea legislativa. 
     
Como lo haría una red social o aplicaciones que buscan conectar a personas con intereses comunes, el sistema cuenta actualmente en su fase de marcha blanca con más de 400 académicos registrados, de diversas universidades chilenas que pueden ser contactados por parlamentarios o asesores legislativos según ámbitos temáticos de interés. Al registrarse en la plataforma, los investigadores autorizan que sus datos de productividad científica sean utilizados para, mediante técnicas de procesamiento de lenguaje natural, crear perfiles con áreas de conocimiento, que permitan la búsqueda y recomendación de perfiles de expertos a quienes lo requieran, para la elaboración de una iniciativa de ley. 
     
El sistema también operará bajo una lógica bidireccional, en el sentido de que cada vez que se discute en el Congreso sobre una determinada materia se le envía una alerta a los académicos registrados según su perfil y ámbito de competencia, lo que facilita su participación oportuna en el proceso. Por otro lado, al quedar registro público de la participación de un científico en el proceso legislativo, no sólo se valoriza su aporte, sino que queda disponible para el resto de la comunidad, lo que junto con fomentar la deliberación pública permite enriquecer la discusión agregando más antecedentes.

“El sistema está hecho para permitir que te encuentren, pero también ofrece una ventana de oportunidad para la participación proactiva y oportuna de todos quienes quieran aportar con su conocimiento al proceso legislativo”, cuenta Francisca Reyes, directora de Vincula, académica del Instituto para el Desarrollo Sustentable (IDS) de la Universidad Católica e investigadora asociada al Centro Basal CAPES y el Instituto Milenio de Socio-Ecología Costera, SECOS.
     
Ella explica que tradicionalmente la distancia que ha existido entre la comunidad académica y los parlamentarios puede graficarse con el Gran Cañón del Colorado. “Puedes ver al que está en el otro extremo, sabes que existe, pero es tan profunda la brecha entre ambas orillas que casi no hay posibilidad de cruzar, encontrarse y comunicarse, lo que genera que sean dos mundos que operan prácticamente por separado”, cuenta.
     
Su diagnóstico tiene como punto de partida un estudio que realizó junto al profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas Stefan Gelcich, en el Instituto Milenio SECOS, entre los años 2010-2020 sobre los proyectos de ley medio ambientales, en temas como agua, aire, suelo, residuos, cambio climático, energía, paisaje y territorio, minería, bosque y pesca. En total se tramitaron en este periodo 63 proyectos de ley en los que fueron discutidos en 27 comisiones legislativas de ámbas cámaras del Congreso; pero de las 1.297 personas que participaron en el debate de esos proyectos durante la década estudiada, sólo 86 fueron académicos. Asimismo, se evidenciaron ciertos sesgos de género o el hecho de que la mayoría de las personas participantes provenían de Santiago.     
     
Francisca Reyes cuenta que muchas veces en el seguimiento de la discusión y aprobación de ciertos proyectos de ley, cuesta entender omisiones o errores que cometen quienes legislan. “También ocurre que no hay mucha diversidad en la información que llega al Congreso o que hay ciertos sesgos. Lo que falta es que exista un debate informado por el mejor y más diverso conocimiento disponible y que sea más abierto, que permita que se discuta y valore la evidencia científica como parte fundamental del proceso de formación de la ley”, dice. 
     
Se trata de un problema que se reitera a nivel internacional, con brechas que se explican por la cultura y lenguaje diferentes que tienen académicos y congresistas, así como por la falta de incentivos y capacidades de los académicos para participar de estos procesos. Francisca Reyes comenta que cuando los costos políticos o económicos de una medida son relevantes para grupos determinados, estos harán lo posible para evitarlos, y por otro lado, muchas veces quienes se desempeñan como investigadores, consideran que su rol está centrado en aportar a través de sus publicaciones científicas más que en proponer alternativas y soluciones concretas de política pública. Cuenta que a menudo ocurre que académicos que van al Congreso tienen experiencias no satisfactorias, en parte, al estar poco preparados para participar en instancias que difieren significativamente de las audiencias tradicionalmente académicas a las que se enfrentan, realizando intervenciones más aptas para un salón de clases o seminario disciplinar, que para una audiencia pública de un comité legislativo.

Trabajo mancomunado

Vincula partió al interior del Instituto para el Desarrollo Sustentable y recibió el respaldo del prorrector Guillermo Marshall para su ideación y desarrollo inicial. Desde entonces, ha sido coordinado desde la Vicerrectoría de Investigación al ser un proyecto cuyo fin último -movilizar el conocimiento para lograr su impacto en la sociedad- es parte de la misión y visión de la VRI.

Como comenta el vicerrector de Investigación, Pedro Bouchon: “Mediante esta iniciativa, generaremos un puente efectivo entre la academia y  el congreso para sustentar con pertinencia, desde el conocimiento, el proceso legislativo”.

Junto a Francisca Reyes, se sumó un equipo interdisciplinario conformado por Andrea Rodríguez, co-directora de Vincula y académica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción; Marcelo Arenas, director del Instituto Milenio de Fundamentos de Datos y profesor de Ingeniería UC; y la académica de la Escuela de Diseño UC, Katherine Mollenhauer.

Actualmente, la iniciativa incluye a doce universidades chilenas, que a través del proyecto podrán potenciar su participación en el proceso legislativo y así también, cumplir con su compromiso público y contribuir al bien común, misión relevante de las casas de estudio con vocación pública.

Las inscripciones de académicos en la plataforma se inició a fines de diciembre pasado y el objetivo es que sigan incrementándose con su próximo lanzamiento, el 26 de may,o a las 12:00am, en el salón Aquiles Portaluppi de la Facultad de Derecho de la UC, en Casa Central, y que también será transmitida a través del canal oficial de Vincula en YouTube.

“Estos cambios no suceden por osmosis, aquí tiene que haber un compromiso público y de la institucionalidad de ciencia y tecnología del país, así como una decidida determinación de las universidades (...)" - Francisca Reyes, directora de Vincula y académica UC.

La oportunidad de la colaborar     

Fotografía de perfil de la profesora Francisca Reyes en patio de Casa Central UC
“Ningún país del mundo se desarrolla si no tiene buena regulación, y ésta pasa porque sea informada y respaldada por la evidencia y el conocimiento”, dice la directora de Vincula, la profesora UC Francisca Reyes. (Crédito fotográfico: Karina Fuenzalida)

La iniciativa cuenta con 26 embajadores, académicos destacados de las universidades Vincula, que además comprenden que se trata de una oportunidad de interés para investigadores, pues les permite recoger conocimiento a través de su participación que podría ser pertinente para sus respectivas indagaciones académicas.

“Vincula nos permitirá ‘aterrizar’ nuestros hallazgos investigativos y sentirnos parte vinculante de los procesos de cambio y mejora, lo que en definitiva impacta en el bienestar social”, sostiene la académica María Haydée Fonseca, directora de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica del Maule, en un testimonio que se incluye en la página web del proyecto.

Entre los aliados clave de Vincula, está la Biblioteca del Congreso Nacional, especialmente aquellos expertos legislativos que prestan asesoría técnica a los parlamentarios. “El conocimiento de los académicos y la evidencia que manejan puede permitir que la calidad de la discusión legislativa mejore, debido a que algunos supuestos técnicos de la deliberación podrán ser comúnmente aceptados, permitiendo a los parlamentarios concentrarse en la discusión sobre la pertinencia política o no de las propuestas legislativas”, afirma Guido Williams, jefe de Asesoría Técnica Parlamentaria. Él además puntualiza que el conocimiento científico también es útil para la función fiscalizadora de quienes se desempeñan como diputados. “Les permite ejercer el control de los Actos de Gobierno, especialmente de la ejecución de políticas y programas públicos”, añade.

“Me parece que Vincula puede ayudar a mejorar de manera apreciable la deliberación político legislativa del Congreso Nacional”, concluye.
     
Aunque Vincula es una iniciativa pionera y única en América Latina, hay otras entidades con las que colabora y recoge buenas prácticas a nivel internacional, como Research Impact Canada, Universities Policy Engagement Network (Reino Unido), Advancing Research Impact in Society (Estados Unidos) y Africa Research and Impact Network. Estas cinco iniciativas forman parte del Research Impact Network, siendo Vincula la única representante a nivel latinoamericano.     
     
El requisito para ser miembro de Vincula es pertenecer a una universidad chilena, con vocación pública y acreditada en el área de investigación por la Comisión Nacional de Acreditación, o a centros de investigación de excelencia, como son los institutos milenio, centros FONDAP, centros basales y regionales.

Pese a la distancia que hay entre quienes producen el conocimiento y los tomadores de decisiones, hay ejemplos de conexiones exitosas entre la ciencia y la política, como ocurrió con el anteproyecto de la ley de suelos. Uno de los principales textos de esta iniciativa contó con el aporte de un grupo de 30 científicos coordinados por Mónica Antilén, académica y directora de la Escuela de Química de la UC. “Mónica coordinó durante casi dos años esta mesa de científicos para hacer este anteproyecto de la ley de suelo, y en esa instancia también participó un grupo de abogados que aportó en la redacción, mostrando evidententemente su conocimiento, capacidad de innovación, pero también flexibilidad”, cuenta Francisca Reyes.
     
En esta lógica la directora de Vincula explica que, en la colaboración, es importante que se respeten los roles. Mientras el académico aporta conocimiento, antecedentes relevantes y evidencia científica sobre los temas que afectan a la sociedad, el político finalmente es el encargado de tomar la decisión que puede sostenerse social, económica, política y científicamente. “La ciencia es un insumo muy valioso que tiene que estar presente, pero nadie puede pretender que sea el único elemento a tomar en consideración”, dice.
     
Actualmente, en el proceso de marcha blanca de Vincula, hay diversas universidades que se están integrando a la plataforma a través de un proceso de entrega de datos de productividad científica, cuestión que va emparejado en ciertas ocasiones con la mejora que están haciendo las universidades de sus sistemas de registro de datos, bajo un esquema alineada con el concepto de ciencia abierta, que busca facilitr que los datos se encuentren ordenados, disponibles y públicos. 
     
“Estos cambios no suceden por osmosis, aquí tiene que haber un compromiso público y de la institucionalidad de ciencia y tecnología del país, así como una decidida determinación de las universidades de que es importante que se promuevan instancias concretas que, como Vincula, permiten extender el impacto del conocimiento que generamos para el bienestar de toda la sociedad, y trabajarlo colaborativamente en alianza”, sostiene Francisca Reyes, quien admite que una plataforma como esta requiere vencer ciertas trabas culturales, por lo cual necesitan de mucho trabajo, compromiso y convicción del rol público que el conocimiento y quienes lo producen tienen en la sociedad.      
     
Pese a las resistencias, ella es optimista. La coyuntura del Covid-19 relevó la importancia de que las decisiones públicas fueran validadas por la ciencia y también la relevancia del aporte de las universidades. “Ningún país del mundo se desarrolla si no tiene buena regulación, y ésta pasa porque sea informada y respaldada por la evidencia y el conocimiento”, concluye.

Revise la última edición de Visión UC, el periódico de la comunidad universitaria, aquí.


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